Empieza el año y con él, surge la necesidad, en algunas personas, de hacer una lista de buenos propósitos para cumplir a lo largo del año. Yo no soy muy de hacer lista de propósitos, al menos no a principios de año, pero si tuviera que hacer una lista, incluiría en ella estos tres propósitos antirracistas para cumplir durante 2020.
Sigue pasando. Todavía hay cabalgatas en las que se pinta la cara de una persona blanca para que haga de persona negra. Eso es racista.
Hay que dejar de pintar a personas blancas para que hagan de personas negras. Y además hay otra cuestión: la representación. Y la representación importa. El pretexto de que se trata de una tradición no es excusa. También hubo un tiempo en el que los roles femeninos en el teatro eran representados por mujeres y se dejó de hacer. Ahora ya queda claro que las mujeres tienen capacidad de autorrepresentarse. Bueno, pues las personas afro también tenemos esa capacidad.
El colectivo de actorxs Tinta Negra, junto con el colectivo Casa Nostra, Casa vostra, han lanzado la campaña Per un Baltasar de veritat (Por un Baltasar de verdad) por segundo año consecutivo. La intención de la campaña es que todas las cabalgatas de Catalunya sean inclusivas y en ellas haya un Baltasar representado por una persona afro.
En otros paises, sobre todo de tradición anglosajona, ya hace años que está claro que el blackface es una práctica racista que debería eliminarse. Incluso Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, se disculpó hace algún tiempo por haber hecho black face algunos años atrás. Un primer ministro admitiendo su equivocación y disculpándose públicamente. Eso no se ha visto en España.
En España se continúa perpetuando esta práctica racista. Se pinta a Baltasar en muchas cabalgatas a lo largo de territorio. Aún se sigue pintando a pajes en la cabalgata de Alcoy en la representación racista de mayor magnitud de toda España. Se sigue vitoreando a la negra Tomasa en los carnavales de Canarias. Se nos falta el respeto constantemente a las personas afro, y todavía hay quien pretende que bajemos la cabeza y nos callemos, como si no fuese lícito que reivindicásemos el respeto de nuestros derechos.
O con Baltasar, que también pasa. Estas navidades, además, una cuenta con más de un millón de seguidores en Instagram hizo una broma sexual de muy mal gusto relacionando al Rey Baltasar y el famoso Satisfyer. Un montón de gente se rió porque la encontró graciosa, incluso hasta una marca de juguetes sexuales entró al trapo, lo que me parece todavía más grave. Me parece grave por la responsabilidad social que tienen las empresas, por la que deberían no difundir comentarios racistas.
La publicación es machista, algo esperable de una cuenta gestionada por dos hombres. Creo que no es necesario que explique por qué es machista. Muchas mujeres lo han señalado ya. El problema es que también es racista, y eso ya no lo ha visto tanta gente. Y lo que es peor: cuando ha habido personas negras señalando que la publicación es racista, han recibido burlas y descrédito; se las ha acusado de hipersensibles o de no ser capaces de aceptar una broma por falta de sentido del humor.
La publicación de Puterful es racista porque hipersexualiza al hombre negro, y eso es algo que se hace de forma recurrente. Me importa muy poco que haya hombres negros que se aprovechen del estereotipo y lo usen en su favor. Lo hacen a causa de su endorracismo (por cierto, tengo un taller en vídeo sobre este tema), o racismo interiorizado. Pero el hecho de que algunos hombres negros saquen provecho no quiere decir que esté bien.
Una cuenta con casi medio millón de seguidores, me guste más o me guste menos, tiene la capacidad de influir en el público. Cuando ese público además es, en su mayoría, un público joven, la influencia es todavía mayor. Sobre todo si ese público valida todo lo que esa cuenta publica sin cuestionarlo en ningún momento. Responsabilidad, no me cansaré de decirlo.
Una cuenta con tanta influencia, igual que las marcas, debería ser más cuidadosa con sus publicaciones y alejarse de las bromas que perpetúan estereotipos sobre colectivos que son histórica y sistemáticamente minorizados. ¿Alguien se ha responsabilizado y ha rectificado? Como es habitual, no. Y esa es la tónica habitual: se hace una broma racista, el colectivo humillado lo denuncia y quien hizo la broma nunca jamás se disculpa ni repara.
Disculparse y reparar podría ser otro de los buenos propósitos para 2020. Asumir la responsabilidad es una forma de reparar errores, pero en el contexto español eso no se estila. Se siguen dando situaciones en las que se cometen racistadas públicamente, pero nada.
El último caso fue el de El Intermedio, cuando El Gran Wyoming y Dani Rovira hicieron se marcaron una racistada tremenda. Se les señaló, pero nada. Hay personas que se sorprendieron de que en un programa como El Intermedio se marcasen una racistada así. Para mí no hay sorpresa. El hecho de que una persona blanca se considere de izquierdas no la libra de cometer racistadas.
Como decía, es necesario disculparse y reparar. Equivocase es algo que sucede con frecuencia porque no lo sabemos todo. El problema es no admitir los errores una vez que alguien nos los ha señalado. Y ahí es cuando surgen los problemas. Porque si no tienes la capacidad de aceptar una corrección sin sentir que te han ofendido te va a costar mucho deconstruirte y evolucionar.
La lista de propósitos no es novedosa. Aún así se hace necesario recordar que los tres propósitos propuestos son necesarios para eliminar el racismo que subyace dentro de algunas tradiciones culturales en el país. Por más tradicionales que sean estas prácticas, si van en detrimento de los derechos humanos de un colectivo, deberían sustituirse.
Si quieres más ideas de sobre cómo puedes seguir deconstruyéndote, puedes leer este decálogo y también puedes consultar estas lista de cosas que es mejor no decir a personas afro.
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