La semana pasada andaba yo por Instagram leyendo un post que generó mucha polémica, un post lleno de paternalismo y racismo que me dejó bastante fría, como te podrás imaginar.
Caí en la tentación de leer los comentarios —algo que, por norma general, evito hacer para preservar mi salud mental— y, ¡oh, sorpresa!, más racismo y paternalismo. Afortunadamente, también había algunos comentarios de personas cómplices del antirracismo que intentaban que el resto entendieran todo lo que había de mal en aquella publicación. El caso es que me quedé con varios comentarios que me llamaron la atención, y por eso hoy estoy escribiendo esto.
Hay personas que, por evitar el uso del adjetivo calificativo “negra” referido a la persona, siete la necesidad de usar diferentes eufemismos. Uno de los más habituales es hablar de personas de color, en lugar de personas negras o afrodescendientes.
No les llames negros, que no les gusta. Llámales de color.
Esto lo he oído muchísimas veces. Siempre en boca de personas blancas que consideran que utilizar las expresiones “mujer negra”, “persona negra” es racista. Es más, algunas incluso afirman que hablan de personas de color, para dejar claro que no son racistas. Y yo aquí lo que veo es una confusión terrible entre diferentes términos.
Tal vez me equivoque, que pudiera ser, pero creo que en el contexto español, parte de la confusión a la hora de usar la expresión persona de color viene dada por el uso en inglés de people of color.
En los Estados Unidos de América, la expresión people of color empezó a utilizarse a partir de mediados del siglo XVIII para designar a las personas de piel clara nacidas de la relación entre personas africanas y personas europeas. Los colonos franceses empezaron a llamar así (gente de color) a la descendencia de personas africanas y europeas que fueron liberadas de la esclavitud.
Tras la guerra de secesión (que terminó en 1865), el término colored empezó a reemplazar a people of color para referirse a la población afroamericana, y se usó extensamente hasta mediados del siglo XX, cuando cayó en desuso.
Desde hace unos años se ha recuperado el uso de la expresión people of color (POC) o incluso BIPOC (Black, Indigenous and People of Color). Actualmente se utiliza en otros contextos anglosajones, además del norteamericano, para hacer referencia a todas las personas que no son blancas. El paraguas de POC/BIPOC incluiría, por lo tanto, a personas afroamericanas, abyayalenses (latinoamericanas), asiático-americanas, descendientes de pobladores originarios, personas descendientes de las islas del Pacífico, personas americanas descendientes del Medio Oriente y americanas multirraciales. Se podría decir que se trata de un término político que enfatiza experiencias comunes de racismo sistémico.
En España, desde que yo recuerdo, porque llevo oyendo esto desde que soy pequeña, se ha utilizado el término gente de color para evitar decir «negro», como he dicho antes, creyendo que negro tiene connotaciones despectivas y que por lo tanto, no se podía utilizar. Y creo, por lo que he deducido, después de lo que he oído a varias personas, que la confusión viene, nuevamente, por la terminología en los contextos anglófonos.
Para hablar de personas de otros orígenes que no son blancas, en los contextos hispanohablantes, la expresión personas racializadas está tomando fuerza en los últimos años. Si bien es cierto que todas las personas somos racializadas, existimos comunidades para las cuales esa condición está ligada a situaciones de discriminación debido al racismo estructural. De ahí que el término se use para designar a las personas que somos víctimas del racismo: personas negras, árabes, musulmanas —aunque no se trate de un origen o una nacionalidad—, abyayalenses, romaníes —pertenecientes al pueblo gitano— o asiáticas.
Creo que aquí es donde está el problema. En que negro también existe en inglés y que, en este idioma, tiene connotaciones racistas.
En Estados Unidos, el término negro se empezó a utilizar en un momento en el que se consideraba que black [negro, en español] era un término ofensivo. Con el tiempo, se fue limitando el uso de negro para hacer referencia a las personas africanas esclavizadas y a su descendencia, y no para hablar de las personas libres que habitaban el continente africano.
Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, incluso activistas y pensadores negros utilizaban el término negro (Marcus Garvey, W.E.B. Du Bois y hasta Martin Luther King Jr.) en sus obras y sus discursos. Garvey, por ejemplo, la utilizó en la creación del Universal Negro Improvement Association, una organización destinada a la educación; Martin Luther King Jr. se refería a la comunidad afroamericana de esta manera.
Después de que empezase el movimiento por los derechos civiles, se impuso el término black, ya que consideraba que el término negro estaba relacionado con la historia de esclavitud, segregación y discriminación a la que la población afroamericana estaba sometida. De negro derivaron los términos nigger y nigga, que tienen connotaciones racistas y despectivas, y por eso en contextos de habla inglesa se ha dejado claro en muchas ocasiones que la n-word (nigger, nigga) no debe utilizarse porque remite a la historia de violencia, esclavitud y segregación a la que se sometió a las personas afroamericanas durante siglos. Malcolm X fue uno de los impulsores del cambio.
Cuando algunas personas, en español, hablan de que a las personas negras no les gusta el término negro, creo que lo asocian al término inglés, y no al vocablo en español. De ahí la confusión.
Después de esta explicación, ¿qué opciones tenemos en nuestro contexto?
En España, para hablar de personas negras podemos decir precisamente eso: personas negras, o personas afro. Si conocemos su origen y son de origen africano, podemos afinar más indicando el país. También podemos hablar de personas afrodescendientes, para referirnos a personas nacidas en la diáspora (es decir, fuera del continente africano).
Y, como dice la guía de estilo de la BBC, siempre es mejor hablar de hombres, mujeres y personas negras antes que utilizar simplemente un negro o una negra, como hemos visto alguna que otra vez en medios de comunicación. Eso es inapropiado.
Hagas lo que hagas, no utilices eufemismos, porque no son necesarios. Los eufemismos simplemente pretenden sustituir una expresión que se percibe como dura o malsonante por otra más suave o supuestamente más correcta. Descarta expresiones como:
Los eufemismos no son necesarios. Cuando sientas la necesidad de utilizar un eufemismo, párate un momento a pensar de dónde surge esa necesidad. El sistema en el que vivimos se ha encargado de hacernos creer que todo lo relacionado con lo negro es negativo y que hay que adornar o suavizar las formas de hablar, cuando en este caso no es necesario.
En cualquier caso, si por temor usas un eufemismo y alguien te corrige, naturalidad. Y, además de naturalidad, buena actitud y predisposición para asumir la corrección y cuestionar los aprendizajes adquiridos sin sentir que el mundo se te cae encima. El error es necesario para el aprendizaje. Quédate con eso.
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