Lo de la criminalidad este verano en Barcelona ha sido de escándalo. Julio dejaba varios asesinatos en las calles de la ciudad condal y las declaraciones del concejal de seguridad del consistorio barcelonés tardaban en llegar. Eso inquieta a cualquiera. En este clima raruno, veraniego y criminal, solo se necesita un artículo como que publicaba Mayka Navarro en La Vanguardia. Un artículo para disparar la alarma social entre la población. El artículo establecía un ránking al más puro estilo Most wanted y, conscientemente, he decidido no poner el enlace porque no quiero darle más lecturas.
Ranking de criminalidad
En el ranking de criminalidad los tres primeros puestos se los llevan personas extranjeras de las cuales se detalla la nacionalidad. Después del tercer puesto, se salta al sexto. En ese caso también se da la nacionalidad, lo cual invita a suponer que los puestos cuarto y quinto están ocupados por personas autóctonas. Sin embargo no se explica en ningún momento qué han hecho para estar en la lista, a diferencia de los tres casos anteriores. En ellos sí se detalla el lugar de origen, el tipo de crímenes cometidos y el número de detenciones por parte de los cuerpos de seguridad. ¿Tendencioso, no?
Me parece todavía incluso más tendencioso cuando en un par de casos se explicita que los criminales son personas que llegaron a la ciudad como menores no acompañados. Uno, el año pasado; el otro, hace diez años, pero se le sigue endilgando la etiqueta de MENA. Muy fuerte.
Tras el sexto puesto del ránking, se detalla la nacionalidad de los criminales de los puestos séptimo y octavo. Y, por primera vez, en el noveno puesto, se dan datos de un criminal de origen español; pero, para cuando llegamos a este puesto, ya nos han hablado de personas de cinco países diferentes y nos han detallado su actividad criminal. ¿Por qué nos íbamos a fijar en el único español del que nos dan datos?
Después de presentarnos al décimo criminal. Otro extranjero. Después la periodista da un salto hasta la posición número 20 de la clasificación, ocupada por un exmena (sic). Edad, país de origen, número de detenciones y tipología de delitos cometidos.
La nacionalidad juega un rol importante cuando se informa sobre crímenes
¿Pero es necesario informar del origen o de la etnicidad de las personas que cometen crímenes?
Con lo que has leído hasta ahora he intentado dejar claro que los medios de comunicación juegan un papel importante en la socialización y la configuración de la forma en que vemos nuestro mundo. Desafortunadamente la cobertura mediática de los acontecimientos (negativos) relacionados con personas no blancas a menudo es sesgada. Siempre se hace hincapié en la etnicidad o la raza de quien comete un delito para que quede claro que vino de fuera. Pero, ¿importa eso?
En principio, la nacionalidad de una persona sospechosa o criminal solo debería mencionarse si es relevante en la noticia que se trata. O, si desde la prensa se decide informar de la nacionalidad de las personas que cometen crímenes, que se informe de la nacionalidad de todas las personas que comenten crímenes, porque ahora solo se enfatiza el origen de criminales de otro origen y se omite cuando se trata de personas españolas y blancas, ya que, si tienen nacionalidad española pero tienen ascendencia de otros países también se señala.
Señalar la etnicidad de quien comete crímenes —solo para remarcar que se trata de personas racializadas— incrementa los estereotipos y las afirmaciones discriminatorias del conjunto de la sociedad, que se ven legitimadas porque la prensa refuerza esas creencias. Y así se da carta blanca a que la audiencia con opiniones racistas o antiinmigración siga creando discursos que incitan al odio.
Además, en ese artículo en concreto, se remarca que tres de las diez personas que ocupan los primeros puestos eran menores migrantes no tutelados. Sinceramente, con toda la violencia que han sufrido los centros de acogida para estas personas, poner el foco en que son menores migrantes no me parece la menor idea. Y, ya que hablamos de menores no acompañados, fijémenos también en cómo se da más importancia a los delitos que cometen unos pocos que a los ataques perpetrados por personas blancas a los centros que les acogen. Todo muy sesgado.
Cómo crear más alarma social
Si eres periodista y quieres crear más alarma social relacionando criminalidad y migración o etnicidad, aquí tienes la fórmula. Al hacer asociaciones incorrectas con estas noticias estarás respaldando los mensajes populistas de corte de extrema derecha que hacen que las formas de discriminación aumenten.
Este aumento de la discriminación culpa, como siempre, a quien viene de fuera de cometer los crímenes, de llevarse ayudas y subvenciones y hasta de bajar el nivel educativo de los centros escolares, y esto tiene consecuencias, evidentemente. Esas consecuencias, aunque no lo creas, no se quedan en las redes sociales o en las tertulias televisivas, no; esas consecuencias se infiltran en todos los ámbitos y causan discriminación en el ámbito laboral, legitiman las detenciones policiales por perfil étnico o racial o las palizas de los seguratas en el transporte público por la violencia motivada por esos discursos de odio. Y toda esta violencia institucionalizada y legitimada tiene un coste que se traduce en daños psicológicos bien establecidos y en impacto de exclusión social en las comunidades que son objeto de esta criminalización.
Si eres periodista, o escribes en algún medio público (tuyo o de terceras personas) y crees en la justicia social, estarás de acuerdo conmigo en que resaltar la etnicidad en los crímenes y delitos únicamente cuando se trata de personas extranjeras perpetúa los estereotipos y prejuicios hacia colectivos minorizados, y eso sabes que no está bien. ¿Qué puedes hacer entonces? Tengo unos cuantos consejos para ti. Atiende.
Consejos prácticos
Para empezar, estaría bien dejar claro que la raza o el origen étnico de quien delinque no tiene relación con el delito en sí o la probabilidad de cometerlo. Las investigaciones constatan constantemente que el origen étnico o la raza de una persona no tiene ninguna determinación sobre la probabilidad de involucrarse en un delito. Piensa que, simplemente con poner el foco sobre la etnicidad cuando no es importante, puedes reforzar discursos discriminatorios.
Creo que la regla básica queda clara: cuando no es necesario resaltar el origen étnico, no es necesario resaltarlo. Y solo es necesario resaltarlo con propósitos de reconocer a un asaltante y, por lo tanto, debe estar unido al resto de características físicas: altura, edad, vestimenta. Si los datos son generales y no aportan nada a la historia, no deberían darse.
Otro consejo es poner cuidado a la hora de buscar testimonios para el artículo. Muchas veces se suelen incluir testimonios de personas (blancas) que refuerzan el sentimiento de alarma, y pocas veces se incluyen las voces de personas que son capaces de desligar criminalidad y raza o, a personas de las comunidades señaladas (eso se da menos todavía).
Trato periodístico de la diversidad
La web del Consejo de la Información de Catalunya hace las siguientes recomendaciones, en cuanto al trato periodístico de la diversidad:
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No se debe incluir en la informació el grupo étnico, el color de la piel, el país de origen la relició o la cultura si no es estrictamente necesario para la comprensión global de la noticia.
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Deben evitarse las generalizaciones, los maniqueísmos y la simplificación de las informaciones.
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No se deben potenciar las informaciones negativas ni sensacionalistas. Debe evitarse la creación de conflictos y dramatizarlos.
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Impulsar la pluralidad de las fuentes de información, propias de una sociedad diversa. Los profesionales deben ser conscientes de la importancia de la ubicación física de la información y de la utilización del material gráfico.
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Hace falta mejorar los mecanismos periodísticos que favorecen la interculturalidad. El papel de los periodistas.
Si quieres información más detallada de los puntos que acabo de mencionar, pincha aquí. para leer la Guía sobre el tratamiento de la diversidad cultural en los medios de comunicación publicada por el Colegio de Periodistas de Catalunya.