Hoy os traigo una historia particular, la de otra mamá que se anima a explicarnos su relación con el pelo de sus hijos, igual que en su momento Mayte nos explicó su historia y la de Nyra.
En este caso, y por petición expresa, se han modificado los nombres de la mamá y los pequeños, y en las fotos se ha ocultado parte de la cara de los pequeños. Independientemente de eso, quiero que os quedéis con la esencia del mensaje.
Vivo en una ciudad costera. Nos decidimos por la adopción nacional por muchas razones que no vienen al caso, y dejamos muy claro que la raza no nos importaba en absoluto. Hace poco menos de un año tuvimos la grandísima sorpresa y suerte de que nos dieran en pre adopción a los niños de origen africano. Recuerdo la increíble emoción que fue verlos por primera vez, y la obsesión que tenía por tocarles el pelo, ¡era la primera vez que tocaba el pelo alguien negro! El niño tiene cuatro años y la niña siete.
Me impactó el pelo de la niña. Era castaño pelirrojo y lo tenía como tieso. ¿dónde estaban sus rizos? Hablando con la familia canguro, me dijeron que se lo habían avisado con una crema, aconsejados por una peluquera africana, y terminaron con lo que para ellos era un “gran problema”. Así fue como, desde un buen principio, empecé a investigar por Internet (me hice adicta de tu fantástico blog). Enseguida me di cuenta de que el tema del alisado en niños es una barbaridad (tampoco soy partidaria en adultos).
Para mí el que tengan el pelo extremadamente kinky no es un problema, ya que forma parte de ellos; me lo he tomado con mucha ilusión e intento pasármelo lo mejor posible. También intentó ayudarla a quitarse el rechazo y a superar el complejo que mi hija tiene hacia su pelo.
Una vez en casa, el tema del pelo era tabú. No me dejaba que se lo tocase, se peinaba ella sola aplanándoselo al máximo con un cepillo. Más adelante empezó a dejarme hacerle dos colitas y poco más.
Nos costó meses convencerla para hacerle trenzas; se las hicieron con pelo postizo. Estaba monísima. Yo descanse de pelearme con ella, y por fin deje de ver el dichoso pero requemado que tanta pena me daba. Cuando le quite las trenzas,¡vaya tortura! Para mí y para la cría… Le di un buen corte, pero dejándoselo más largo delante. No le puedo hacer el gran corte. No la quiero acomplejar más. Aun no le puedo hacer coletas, y le hago diademas con trenzas pegadas (no me salen demasiado definidas) en la parte delantera.
He intentado hacer twist pegados (flat twists), y me sale un churro, pero lo que me sale bastante bien son los van tus tipo mini coletas, y ella se siente muy a gusto llevándolo. Volveré hacerle trenzas dentro de poco. A ella le encanta y le sube la autoestima.
Les lavo el cabello una vez a la semana con champú sin sulfatos, y la siguiente semana con acondicionador (sin siliconas). Utilizo mucho un spray con agua destilada durante todo el día. Por la noche le hago el banding con coletas, le pongo aceite de coco, almendras y/u oliva sobre el cabello húmedo. Por la mañana, según el dato del pelo, le pongo más aceite. Para dormir utilizo un pañuelo de seda y encima una redecilla para que no se le mueva. Estoy muy contenta con el resultado. Tenía intención de comprarle un gorro de seda y por ahora no lo haré
El nene, cuando llegó, tenía pequeñas calvas, sobre todo en las sienes. Después de lavarle el pelo siempre le pongo aceite de coco y, si es necesario, también por la mañana. El pelo se le ve mucho más abundante, sano y fuerte. Ahora la nena tiene un poco de casa y lo trato con aceite de coco, así se la voy controlando.
Me encantan los aceites naturales, y ahora intento acostumbrarla a utilizar años y turbantes que le quedan divinos. A pesar de que tengo el pelo liso natural, a mí también me ha servido de mucho tu blog, además de utilizar turbantes de vez en cuando, voy con cuidado con lo que me pongo en el pelo.
Un beso enorme.
Esta es la historia de Tina y sus hijos. La historia de una mujer, valiente, amorosa, que intenta reconciliar a sus hijos con su cabello, con ellos mismos, para que se acepten y se amen tal y como son, así de bellos. A mí me parece una historia enternecedora, y me gustaría que le dejaseis vuestras impresiones en forma de comentario.
Si tú, como el resto de chicas que ya lo han hecho, quieres compartir tu historia en el blog, envíame un mail a flor@negraflor.com, con el asunto “Historias de las lectoras” con las fotos que quieras (si es más de una, yo haré una composición) y publicaré tu historia en el blog, y las fotos en el álbum de la página de fans y en el tablero de Pinterest.
El post ha sido editado para añadir la composición con las fotografías de los niños.
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5 Comments
Me parece una historia preciosa. Ojalá consiga que la nena supere ese rechazo que le han inculcado hacia su pelo y lo disfrute.
Un beso!
Ojalá más gente así, que sepa aceptarse tal y como es e inculcarlo al resto. Un beso Desi
Qué bonita historia, pero no veo las fotos…
Me parece maravilloso. ¿Por qué los hijos de Tina, especialmente la niña, deben renunciar a su cabello natural? Si fuera liso y alguien se lo rizara, lo tildarían de loco, pero parece que al revés no pasa nada.
Es más, como bien dice Miss Potingues, es inculcarle incluso a la chiquilla una sensación de rechazo hacia su pelo que obviamente le causa malestar.
Alisaron el pelo y terminaron con un gran problema? Aissssssssss. Pues para mi, el pelo de mi hija, es una bendición! Es el más kinki de todos los afros. Cuando toca “pelo”, tardo mucho en peinarla, claro, pero y lo que luego te ahorras durante la semana? Veo a niñas de su clase, que llevan el pelo a media espalda, y las madres me cuentan que cada mañana es una locura, porque hay que peinarlas, claro. Les han de lavar el pelo día si, día no. Si tuviera que hacer eso cada mañana, me daría algo!