Quizás piensas que no me acuerdo, pero todavía tengo mucho que contarte sobre aquel curso de gestión y organización del tiempo de trabajo personal, así que hoy vengo a contarte otra de las cosas que aprendí y que me llamaron la atención: la diferencia entre el tiempo Chronos y el tiempo Kairós.
Chronos y Kairós plantean dos planteamientos diferentes, opuestos, de pasar el tiempo, de vivir la vida, al fin y al cabo. A lo largo de nuestro día, vivimos momentos en Chronos y momentos en Kairós; y ahora te voy a explicar la diferencia entre ambos.
El tiempo en Chronos es lineal, el transcurso del tiempo sin más, que se va consumiendo. Funcionamos en modo Chronos cuando hacemos las cosas de forma que tengamos tiempo para hacer otras cosas; es decir, cuando estamos conectados con la velocidad.
Nos movemos en Chronos cuando vivir es un medio, no una finalidad. Te pones en Chronos cuando estás en una reunión aburrida y tu cabeza vuela hacia otro sitio. Vives en Chronos cuando haces el mismo trayecto en coche, casi por inercia, sin reparar en el recorrido, ni en el paisaje.
El tiempo Kairós, evidentemente, es lo contrario. Vives en Kairós cuando haces algo atentamente, poniendo tus cinco sentidos en ello. Cuando el tiempo es la finalidad. Vives en Kairós cuando viajas y disfrutas del viaje en sí, admirando el paisaje, por ejemplo.
Por lo tanto, y como habrás deducido, una misma actividad puede desarrollarse en Chronos o en Kairós y, evidentemente, según el planteamiento, producirá resultados completamente diferentes.
Evidentemente, es mucho más satisfactorio hacer las cosas, vivir la vida en modo Kairós; cuando pones los cinco sentidos en algo, cuando lo vives, lo estás disfrutando. Pero evidentemente no es posible hacer todo en Kairós; de hecho a veces hacemos cosas en Chronos (las obligaciones), para poder dedicarnos a hacer otras cosas en Kairós (las devociones).
En los días que corren, vivimos instalados en la prisa, lo hacemos todo (o casi todo) en modo Chronos, sin reparar, sin fijarnos, fastidiados por la prisa. Y vivir así angustia, ¿no crees?
Mi planteamiento de la vida cambió bastante después de leer el Elogio de la lentitud, de Carl Honoré, que lo que viene a proponer es cambiar el modo de vivir la vida, recuperando así el control sobre el tiempo (Kairós), y que no sea el tiempo quien nos controla a nosotros (Chronos). Desde entonces, si bien muchas veces me pongo en modo autómata y funciono en Chronos, intento ser consciente de ello, y cambiar a Kairós.
¿Y qué hay de ti? ¿Cuál es tu planteamiento: Chronos o Kairós?
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5 Comments
Trato de aferrarme al instante que respiro, disfrutar de cada movimiento de las manecillas del rey loco, pero sin duda me pasa como a los partidos de fútbol y me descubro demasiadas veces en los “minutos de la basura”. Al fin y al cabo hay momentos que solo existen por pura necesidad. Besos
Me gusta tu enfoque, Pilar, porque creo que es así como se vive más plenamente. Eso no quita, como bien dices, que haya momentos que existen por necesidad. Puro trámite que nos traslada a esos momentos de los que sí disfrutamos.
Besos.
Pues no conocía la diferencia, pero me ha gustado mucho. Yo me tiré años viviendo en modo Chronos, pero desde hace un tiempo me voy pasando cada vez más a Kairós. Supongo que lo importante es el equilibrio entre ambos, no? Besos!
Me alegro de haberte “descubierto” algo nuevo, Drew. El equilibro… uffff… esa palabra tiene mucho peso para mí, porque nunca lo consigo. Mejor pensar en disfrutar y ya.
Te recomiendo, si no lo has leído, Elogio de la lentitud, de Carl Honoré; si bien el Movimiento Slow es demasiado para mí, la esencia de esa filosofía me ha ayudado a vivir también más en Kairós.
Besos!
Mi pasatiempo favorito es dejar pasar el tiempo, tener tiempo, tomarme mi tiempo, perder el tiempo, vivir a contratiempo.