Nota: Este post no pretende ser, en ningún caso, una invitación al linchamiento. No desviemos la atención. Se trata de ejemplificar, con un caso reciente, un problema de base generalizado. Y eso es lo que hay que tener en cuenta.
Estamos en carnavales y, una vez más, toca recordar lo de siempre: las culturas no son disfraces.
Escribo este post a raíz de lo que pasó la semana pasada con una cuenta de Instagram que compartió un vídeo problemático. La cuenta de la que hablo es @vadecuentos, una cuenta de una librería infantil respetuosa, tal y como se definen en su perfil de Instagram. Esta cuenta decidió publicar una propuesta de disfraz para este carnaval.
En la descripción de la publicación, vadecuentos hacía una propuesta para disfrazarse de indi@, y ofrecía este maquillaje. Y esto es problemático.
Primero, los indios e indias son las personas originarias del país con el mismo nombre, la India. Este maquillaje, con la cinta y la pluma en la cabeza, pretende emular a las comunidades originarias de Abya Yala, mal nombrados como indios. Pero este no es el único problema que presenta el vídeo.
Se supone que el maquillaje que ofrece el vídeo es propio de las comunidades originarias de Abya Yala. La cuestión es que esas pinturas se llevan a cabo en momentos determinados de la vida social de esas comunidades. Seguramente están relacionadas con ritos de paso o con ceremonias concretas y esto, descontextualizado, no tiene ningún sentido. Aparte de que me permito dudar de que esa burda representación sea algo parecido a las pinturas tradicionales de estas comunidades.
Por lo tanto, aquí tenemos a una persona blanca que cree que puede hacer algo parecido a las pinturas que utilizan algunas comunidades para adornarse en momentos muy determinados. Y esta persona blanca se pone a imitar unas pinturas faciales sin saber siquiera qué significan. Es más, estas pinturas tienen un valor y un significado específico para esas comunidades, y desde vadecuentos los descontextualizan y los ofrecen como una opción para tener, y cito textualmente, «una excusa genial para ser otra persona/ser/personaje por un día». Así que para empeorarlo todo un poco más, ofrecen la imitación de unas pinturas tradicionales como la posibilidad de pasar por otra persona, o personaje o ser por un día.
Esto es problemático, porque estamos hablando de descontextualizar e imitar a personas de comunidades que históricamente han sido perseguidas, colonizadas y sometidas. Estamos hablando de comunidades en las que la colonización ha supuesto el borrado de su lengua, sus costumbres y sus tradiciones. Hay una historia de demasiada violencia y demasiado dolor ahí como para salir en carnaval a ser una de esas personas por un día sin considerar en un momento que ser una de esas personas por un día conlleva vivir unas opresiones y discriminaciones que no se pueden disociar de ser esa personas.
Pasó poco rato hasta que una persona llamó la atención sobre la improcedencia de la publicación, del vídeo y de hablar de “indi@s”. El mensaje era claro: «las culturas no son disfraces». Como la persona que hacía el comentario, decidí comentar (algo que normalmente no hago). Me sumé a la declaración de que las culturas no son disfraces y añadí, mencionando a vadecuentos, que me ponía a su disposición para seguir la conversación por privado si les apetecía.
Me ofrecí para hablar por privado porque me parece importante que las cuentas con tanta audiencia —tienen una comunidad de más de sesenta y ocho mil (68.000) personas— se revisen. Una cuenta así, que además tiene un proyecto relacionado con la educación y con los valores, llega a un público muy amplio y, por lo tanto tienen una responsabilidad que no deberían eludir.
Después de que yo les mencionara, aparecieron comentando, mencionándome directamente:
Hola! Gracias a todxs por aportar, no lo habíamos reflexionado, la verdad. No debimos etiquetar así la creación de la artista:) Os pedimos disculpas y agradecemos mucho la llamada de atención! Ya hemos cambiado el texto. Un abrazo
Ya está. Con esto, vadecuentos, creyó que ya lo habían hecho todo, que ya estaba todo bien. Y, bueno, pues no, evidentemente. Así que decidí responder de nuevo:
Es que no se trata solamente del texto. Va más allá: las pinturas de las comunidades originarias
no son disfraces. Esas pinturas tienen un significado. Se usaban en momentos vinculados a tradiciones o rituales de paso. El carnaval no debería usarse para ser “otra persona” y descontextualizar tradiciones de comunidades que históricamente han sido perseguidas por su color de piel, su cultura o sus idiomas. Y no, no vale excusarse en que se hace “desde el respeto”. Muchas comunidades (originarias de América, africanas, indias, asiáticas, etc.) llevamos años diciendo que nuestras culturas no son disfraces. Es hora de empezar a respetar esto de verdad. Insisto: si queréis, seguimos la conversación por privado. Saludos.
De esto ya he hablado antes. Una cultura que ha sido históricamente violentada, y lo sigue siendo, no es motivo de disfraces. Y punto. De nuevo, me ofrecí para hablar con vadecuentos y, ¡oh, sorpresa!, me escribieron por privado:
El “a mí no me lo parece”, igual que la cuestión del “creemos en la libertad creativa” es problemático. ¿Por qué? Pues porque el centro no eres tú ni lo que a ti como persona blanca te parece que es respetuoso o no. Es problemático porque las comunidades que somos objeto de este tipo de disfraces llevamos años repitiendo que nuestras culturas no son disfraces.
Además esto de inspirarse en expresiones culturales diferentes tiene un peligro. Por norma general, las representaciones que se hacen en carnavales de culturas diferentes suelen reforzar y perpetuar estereotipos que pesan sobre esas comunidades. Descontextualizar sus prácticas culturales no ayuda de ninguna manera, porque lo que están haciendo es crear una categoría inexistente está basada en un tópico generalizador y deshumanizante.
Por lo tanto, inventarse un maquillaje pretendiendo imitar una práctica cultural y tradicional ligada a momentos significativos de una cultura no está bien, y más si se reconoce que “no es nuestra área de conocimiento”.
Si quieres saber más sobre lo malo de hacer esto con los disfraces, te dejo los enlaces a algunos vídeos y grabaciones de directos en los que he hablado de esto:
Si estos contenidos te saben a poco, puedes adquirir también mi taller monográfico «Carnaval, disfraces & Cía», con el que podrás profundizar mucho más en estas cuestiones.
Sigamos.
Con el “nos encantaría si nos ayudas a entender este punto”, me vine arriba pensando que había una posibilidad de que estuvieran en disposición para aprender. Así que respondí:
En efecto, consideré que, como he dicho párrafos más arriba, tratándose de una asociación que promueve el respeto como uno de sus valores, y cuando su público objetivo son familias y menores de edad, me parecía muy importante mantener esta conversación. Este intercambio de mensajes sucedió el pasado viernes 12 de febrero. Mi último mensaje es de las 20:52 horas. Me dejaron en visto y ya no he vuelto a saber más.
Les ofrecí la posibilidad de establecer un diálogo y explicarles por qué ese maquillaje es improcedente y decidieron no responder. También han decidido mantener el vídeo en su canal de IGTV (ya no aparece en su parrilla de imágenes), pero sigue estando disponible, así que vadecuentos opta por:
Así que parecía que querían aprender, pero a lo mejor en realidad solo querían que pareciera que querían aprender.
El caso de vadecuentos no es el primero y, visto lo visto, estamos lejos de que sea el último. Cada año las discriminaciones se siguen perpetuando. En carnavales, en centros educativos, en Halloween, en cabalgatas de reyes magos organizadas por ayuntamientos y en programas de televisión. Programas televisivos con grandes audiencias o cuentas de Instagram con decenas de miles de seguidores siguen utilizando como disfraces las representaciones culturales de comunidades minorizadas.
Lo peor de todo es la clara intención de no rectificar, como si fuese algo malo. En muy pocas ocasiones hay una asunción de responsabilidad que lleve a eliminar el contenido discriminatorio y a publicar un comunicado de disculpas para reparar. Desafortunadamente, eso deja a esas personas y plataformas en peor lugar del que creen.
Quiero dejar claro que el motivo por el que escribo todo un post hablando de esto es por la responsabilidad que tienen como plataforma de creación de contenidos y divulgación. Y por ser una librería infantil respetuosa, tal y como pone en su perfil de Instagram. Será una librería infantil respetuosa, pero aquí no se está respetando a la infancia de otras comunidades. Tal vez no se han parado a pensar qué pueden sentir todas esas niñas y niños que pertenecen a otras culturas y que cada año se ven caricaturizadas. Y si, desde su asociación se dedican a «la promoción del acompañamiento emocional y la literatura infantil», que piensen un poco en las emociones de todas las familias a las que están faltando al respeto con ese propuesta de maquillaje creativo.
Estamos en 2021. Ya no se puede apelar al desconocimiento para seguir perpetuando estas conductas. No solo las comunidades afectadas denunciamos estas cuestiones. Cada vez hay más cómplices del antirracismo señalándolas también. Así que, si ante tanto señalamiento, quien siente la interpretación opta por ignorar y seguir en sus trece, está tomando la decisión consciente de perpetuar conductas racistas. Y eso, a día de hoy, ya no tiene excusa.
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