El próximo día 2 de marzo lanzaré de nuevo el reto Si fueras yo. En él, y a través de un ejercicio de inmersión, invito a las personas participantes a situarse en el lugar de mujer afrodescendiente. Esta será la tercera edición del reto, y las otras dos veces, me consta que las personas participantes hicieron un trabajo personal muy intenso. Nos estuvimos comunicando a través de un grupo privado de Telegram en el que se hicieron reflexiones profundas y se compartieron emociones muy intensas. Nunca será equiparable a la experiencia en primera persona, pero sí que proporcionó una comprensión profunda y de raíz de la experiencia.
Poco después de haber empezado me di cuenta de que ese ejercicio les estaba cambiando la perspectiva a las personas participantes. Para cuando terminamos, me quedó clarísimo que esas personas habían experimentado sentimientos y sensaciones que las iban a transformar. Pero claro, que yo diga que fue transformador es fácil. Por eso te traigo los testimonios de cuatro participantes que me enviaron sus impresiones tras finalizar el reto.
Aceptar y reconocerse teniendo conductas racistas es duro, por eso es importante hacer este ejercicio acompañada. Creo que quienes dan el paso hacia este reconocimiento son personas valientes, como Mónica. Ella afirma que, por más duro que le resultase participar, cree absolutamente necesario hacer este ejercicio:
Durante una semana participé de este reto. La idea es ponerse en los zapatos de una mujer negra, de sentir lo que esa mujer vive día a día en sus actividades cotidianas. Fue una experiencia muy enriquecedora. Fue duro, porque tuve que lidiar con muchos sentimientos dificiles de procesar: soledad, aislamiento, bronca, tristeza. También con sentimientos de vergüenza al pensar que así tratamos los blancos a las personas racializadas.
Todo el trabajo se llevó a cabo dentro de un grupo de mas de cincuenta personas. Un grupo seguro donde en todo momento reinó el respeto, donde pudimos hablar de nuestros sentimientos y nuestras experiencias sin tabues pero con mucho respeto y cuidado. Desirée nos acompañó y dirigió en este proceso haciendo las preguntas justas en el momento adecuado. Al terminar el reto, no voy a ser la misma. Las vivencias, si bien no la experimenté en carne propia, las sentí, y esos sentimientos quedan.
Carmen va un poco más allá. Su testimonio era más extenso, pero me interesa compartir contigo esta parte. Carmen opina que hacer este ejercicio ha sido necesario para ella y para las personas que la rodean:
Recomendaría sin duda alguna este reto. Principalmente a mis seres queridos y personas de mayor confianza. Desearía que elles, al igual que yo, intentásemos poner de nuestra parte para cambiar y, con suerte, mejorar el mundo en el que vivimos. Para que sacasen sus propias reflexiones y comenzasen sus propios caminos, aprendiendo también a escuchar y ver más allá de las cuatro paredes que a veces se reduce nuestra realidad. Ser conscientes y consecuentes. No tengo mucho más que decir, salvo: gracias. Gracias por hacerme partícipe de esta magia, tal y como la llamaste, Desirée.
Vera se plantea la necesidad de participar en el reto desde su maternidad, entendiendo que es importante hacer este ejercicio en su familia, junto a su marido, por la educación de su hija:
Aunque solo fuera por esta razón, por ver que los dos remamos en la misma dirección respecto al mundo en el que queremos que crezca nuestra hija y en lo que le queremos transmitir, ha valido la pena participar. Sin duda lo recomiendo y lo repetiría porque creo que un ejercicio así no está más de vez en cuando. Así que muchísimas gracias, por el reto, por tu libro, por haber aparecido sin querer en mi vida!
Para ser sincera, lo recomendaría al profesorado y PAS de secundaria, a la generación de mis padres, a los adolescentes desde primero de la E.S.O. hasta segundo de bachillerato, pero quizás también en las escuelas de primaria, a profesorado y PAS y a alumnos del ciclo superior quinto y sexto de primaria. Ahora bien, esa es una recomendación en sentido amplio, porque creo que realmente es una dinámica aprovechable si quien la hace tiene claro que hay racismo institucional y que debes deconstruirte, abrirte de mente y decididamente estar dispuesto a aceptar que en tu día a día tienes actitudes cotidianas que son racistas. Si no, quizás, no estoy segura de esto, pero quizás sea contraproducente, es decir genere rechazo y de rebote haga que el espacio no pueda ser seguro…(igual esté equivocada y estoy metiendo la pata).
Compartiendo estos testimonios quiero hacerte ver algo muy importante. Cuantas más personas seamos formándonos sobre este tema, más impacto generaremos. Sin embargo, como plantea Idoia, puede ser contraproducente porque hay poca conciencia todavía.
A pesar de que haya poca conciencia, es necesario que todas las personas contribuyamos al cambio. Y para que ese cambio se dé, hay que reeducarse. Por eso te invito a participar al reto «Si fueras yo». Este reto te ayudará a transformar tu mirada y tomar consciencia de las implicaciones que en el día a día tiene la discriminación racista en las personas que la viven. Sé valiente, como Mónica, Carmen, Vera e Idoia. Da el paso y ponte las gafas antirracistas. El cambio de chip que experimentarás es brutal. Empezamos el 2 de marzo. Puedes apuntarte desde aquí.
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