Seguramente el título de este post os sonará muy raro, pero es que hoy os voy a hablar de cosas muy diversas, todas ellas relacionadas con el título del post y con noticias y actividades que han sucedido de estas dos últimas semanas para acá. Así que hoy quiero dar mi punto de vista sobre un hecho racista que ha tenido lugar hace poco en Estados Unidos; un acto de reparación por la esclavitud en Granada (el país del mar Caribe), y unas jornadas sobre la inclusión social que tuvieron lugar ayer en mi ciudad, Vilanova i la Geltrú. Quizás el post se haga largo, pero espero que os suscite el suficiente interés como para llegar hasta el final. Vamos allá.
Ayer mismo compartí en la página de fans del blog la noticia de una escuela de Florida amenazó con expulsar a una niña de doce años por su melena afro. Según el colegio, el cabello de la niña era demasiado voluminoso, así que le dieron un plazo de una semana para cortar y darle forma a su melena; de lo contrario, iba a ser expulsada. Según la dirección de la escuela, los estudiantes tienen que atenerse al código de vestimenta del centro, que también marca qué peinados pueden y no pueden llevar los alumnos, y entre los peinados que no pueden llevar, se refieren a peinados tipo mo-hawk o estilos rapados. Lo curioso del caso, y que es lo que dice la familia de Vanessa VanDyke, es que la niña llevaba todo el curso con su cabello natural y nadie había dicho nada, hasta que la familia reclamó en el centro porque otros estudiantes acosaban a la chica por culpa de su cabello.
O sea, no me digáis que esto no es lo más: ¿culpabilizamos a la víctima del acoso? Es decir: ¿la solución en un caso de acoso escolar -algo que considero muy grave- es que sea la víctima la que cambie? Además, para mí, no hablamos de un cambio cualquiera. Hablamos de un cambio que ataca a la personalidad. Sí es cierto que muchas veces he dicho que nuestro cabello no nos define. De acuerdo. Pero también es cierto que el pelo afro es uno de nuestros signos de identidad. La propia Vanessa lo dice en el vídeo: “mi cabello dice de mí que soy única“. En efecto, Vanessa es única y diferente; igual que el resto de compañeros de su clase también lo son.
El día siguiente, la escuela rectificó -mínimamente- para decir que, con que la niña llevase un estilo que fuera más acorde con la política de imagen del alumnado, sería suficiente. Por una parte, el Pastor del colegio envió un e-mail a los padres de Vanessa diciéndoles que les alentaba a que considerasen la petición de la escuela y que, por lo menos, le diesen forma o cortasen el pelo de la niña; y eso resolvería el problema.
También durante la tarde de ayer colgué en la página de fans una foto de una página de Facebook llamada Blacks History and Africa Education (os dejo el enlace por si queréis echarle un vistazo; aprenderéis cosas muy interesantes); pero yo he ido más allá, chafardeando por internet, y he encontrado la fuente. La foto es cuestión es de Jason deCaires Taylor, un escultor inglés -que además es fotógrafo submarino e instructor de buceo– especializado en la creación de esculturas bajo el agua que, con el tiempo, se convierten en arrecifes de coral artificiales con la intención de proporcionar nuevos hábitats a la vida marina. Sus primeros trabajos se encuentran en el primer parque público de escultura bajo el agua, en Molinere Bay, cerca de las costas de la isla de Granada, en las Antillas, en una zona que fue asolada por el huracán Iván, en 2004, y por eso está ahí, para favorecer, como os he comentado antes, la formación de un nuevo hábitat para las especies marinas, y para alejar a los visitantes de los arrecifes naturales, de forma que éstos se puedan regenerar sin interferencias.Dentro de estos trabajos, se encuentra la escultura de la que os quiero hablar hoy, y cuya foto os muestro. La escultura recibe el nombre de TamCC.
Granada. Escultura bajo el mar en honor a los africanos a los que se tiró por la borda de los barcos de esclavos durante la travesía del atlántico del Holocausto Africano.
Se encuentra en el Mar Caribe frente a la costa de Granada bajo el agua.
Compartidlo para que más gente sepa acerca de esta maravillosa obra de arte en honor de aquellos que murieron trágicamente.
Yo he estado buscando información en la web de deCaires para ratificar esta información; pero no he encontrado nada al respecto (igual si hiciese una búsqueda muy concienzuda o tuviese tiempo de contactar con el artista, podría asegurarlo -igual lo haga y actualice el post-); pero indudablemente, las esculturas tienen unos rasgos faciales muy característicos, así que sí, podría ser que fuese un tributo.
Una de las seguidoras del blog en Facebook, cuando vio la fotografía dijo que a ella pensaba en el sufrimiento de todas esas personas que fueron arrancadas de sus familiares como animales. Entiendo que lo decía porque no estaba de acuerdo con compartir la imagen, y que tal vez no la consideraba una obra de arte. Así que yo quisiera repetir aquí lo que le contesté a ella.
Estoy totalmente de acuerdo con que es una pena que millones de personas fueran sacadas del interior de África, arrastradas hasta la costa para ser apelotonadas en barcos esclavistas que los llevaban a Europa. Es aberrante que, a las personas que no sobrevivían a ese viaje en condiciones infrahumanas las lanzasen al mar como si no valiesen nada. Lo es. Y me indigna, y me duele. Pero tengo que reconocer que, si realmente esta escultura es el tributo que pretende ser, me parece bien que se haga. Que se reconozca el error y el horror que fue el Holocausto Africano, como reconocimiento (valga la redundancia) a todas esas víctimas y a los descendientes de las mismas a las que arrancaron de sus familias. Yo prefiero verlo así, como un acto de reparación.
Como último punto quiero hablar de unas jornadas que tienen lugar anualmente en mi ciudad, Vilanova i la Geltrú, y que organiza la Oficina Técnica del Plan de Inclusión Local, VNG Inclusió, que está ubicada dentro de la Concejalía de Servicios Sociales para la que trabajo y a la que presto mi soporte como administrativa que soy. La de ayer fue la tercera edición y tuvo como título “¿Es la comunicación un factor de inclusión social?”.
Los temas que pusieron sobre la mesa los ponentes, me hicieron pensar en las dos noticias anteriores. Por un lado, sobre la inclusión o la exclusión de Vanessa VanDyke por el aspecto de su cabello; esa exclusión -esa expulsión del colegio- está basada en unos prejuicios que la dirección de la escuela tiene hacia la niña.
Por otro lado, Lola López habló de los estereotipos hacia los africanos, que ya vienen desde la esclavitud, y que explicaba que en el principio de los planteamientos de la esclavitud, cuando se tomaba la decisión de si los negros se usaban o no como esclavos, igual que se venían usando animales, había que desproveerlos de su humanidad, y por eso, en Europa se daba el cuestionamiento sobre si los negros tenían alma o no. En el momento en el que se determinó que no, y que por tanto eran inferiores, se dio vía libre al tráfico de esclavos. Y estas palabras de Lola me hicieron pensar en la fotografía de Jason deCaires Taylor que compartí el día antes en la página de Facebook.
Evidentemente en la Jornada se habló sobre muchísimas cosas más, pero yo solo quería hacer hincapié en que los temas de los que se hablaron ayer -y que fueron muy interesantes y amenos-, me habían hecho pensar en información que yo misma había compartido pocos días antes -el día antes, de hecho-. Y ahora os paso el testigo y os pido vuestra opinión porque realmente quiero saber qué pensáis de la polémica que se ha generado con el pelo de Vanessa VanDyke; y también me gustaría saber qué pensáis de la escultura de Jason deCaires Taylor, más allá de que esté haciendo una muy buena obra por el ecosistema marino.
Ya sabéis que, además de pedir vuestra opinión en forma de comentario en este post, me gustaría que lo compartierais en vuestras redes sociales para que más personas puedan opinar y generemos un debate interesante y positivo.
Dicho esto, solo me queda desearos un buen fin de semana, y que estéis pendientes de La Blogueresca, porque mañana a las 08:30 horas, hay una nueva publicación mía.
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9 Comments
Sobre lo de Vanessa, es racismo en estado puro. Seguro que si fuera una niña rubita con el pelo rizado no le dirían a los padres que le cortaran el pelo. Vamos, que me apuesto algo y no lo pierdo. Es vergonzoso e indignante.
Sobre lo del tributo, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, nunca me han gustado las obras que conmemoran tragedias porque creo que es recrearse en el dolor y eso no es positivo; pero, por otro, los humanos a veces pecamos de estúpidos y tendemos a olvidar lo que nos conviene, y una bofetada de vez en cuando -emocional, de vergüenza colectiva, de humanidad, de solidaridad- nos pone en nuestro sitio; y, para eso, como toparte de frente con dichas obras, no hay nada, aunque te dure sólo unos minutos. Todo es pasar varias veces. Aprendemos por repetición.
Y sobre lo tercero, me parece genial que se hagan esas jornadas, y que se conciencie a la gente, más en un mundo cada vez más mixto y más revuelto socialmente, donde la desesperación podría ser un todos contra todos y lo más fácil es echarle al culpa de los males propios al de fuera en caso de ser inmigrante, o al diferente por ser de otra raza distinta a la autóctona aunque haya nacido en el mismo lugar que tú.
Cuando nos demos cuenta de que todos vamos en el mismo barco, y que hay que remar juntos y no aporrrearse con los remos, las cosas empezarán a cambiar para mejor.
Besos!
Pues sí, lo de Vanessa es un despropósito. Como le he dicho a Blanca, una cosa es que uno decida raparse o llevar una cresta, pero Vanessa no decide cómo crece su pelo, y siendo afrodescendiente, su pelo crece afro. No hay más. Y como bien dice su madre “el pelo afro no crece hacia abajo; el pelo afro abulta”, y no hay nada que hacer. Bueno, sí: alisarlo, pero no creo que sea una solución.
Sobre el monumento, pues lo mismo. Yo no lo veo por la parte del recrearse en el dolor y sí en la bofetada colectiva que comentas. Nos conviene recordar, porque somos olvidadizos.
Y las Jornadas, pues fueron un éxito; la gente participó muchísimo, y los ponentes fueron muy cañeros.
Me encantan tus comentarios, Beatriz.
Un besote!
Nos queda mucho por avanzar en el tema del racismo y es una cuestión de educación y de ser más tolerantes. ¿Qué daño hace que una niña lleve el pelo afro? Tampoco hace daño que alguien lleve una cresta o la cabeza rapada, pero si que es cierto que suelen llevarla los radicales de un lado o de otro. Sobre el monumento me pasa lo mismo que a Miss Potingues, no me gusta conmemorar tragedias pero luego estas cosas se olvidan y tenemos que procurar mantenerlas en el recuerdo para que no vuelvan a pasar. Un besazo Desi
Pues sí, Blanca. Todavía queda demasiado por hacer. Y mira, si me apuras, lo de la cresta o lo de raparse la cabeza es algo que uno puede decidir. Pero Vanessa no decide cómo crece el pelo de su cabeza, y pretender cambiar eso me parece de lo más ofensivo.
Sobre el monumento, pues yo creo que sí que hay que conmemorar determinados hechos históricos precisamente por lo que dices, porque si no, no hay otra forma de que la gente los tenga presentes. Fue horroroso lo que pasó, asesinaron a muchísimas personas con el tráfico de esclavos; y, si no se conmemora, se olvida. Y eso tampoco me parece bien.
Besos y gracias por comentar!
Gran post e increíble que aún sucedan cosas así :-S
Gracias, Sophie. Es muy triste, e indignante.
leer para creer… hay cosas que no tienen nombre…
el otro día aluciné cuando lo fuiste poniendo en facebook y no dejo de sorprenderme que en los tiempos que corren estas cosas sigan ocurriendo
Sí, siguen ocurriendo, María. Espero que cada vez menos; pero es muy fuerte que desde la dirección de la escuela estén presionando a la niña para que cambie, si durante todo el curso no hubo ningún problema.
es que yo entendería que si se tiñe el pelo de verde, la echen de la escuela (no digo que lo comparta, digo que puedo entenderlo), pero es que nadie de modo natural tiene el pelo verde. Un pelo afro, es algo natural e irremediable. ¿Qué narices quieren? ¿Caer en el nacismo del todos rubios y de ojos azules?¡¡venga hombre!!