Hoy quiero compartir contigo este poema de Victoria Santa Cruz, Me llamaron negra. Lo encuentro de una belleza sobrecogedora, por el significado que tiene. Porque me hace rememorar ese proceso por el que he pasado: primero de negación, como dice ella (“me lacié el cabello”); de renuncia de lo que en verdad soy. De querer adoptar unos cánones (sobre todo de belleza) que nunca iban a ser los míos. De rechazo, de justificación, de no querer ser lo que ser negra implicaba.
Pero una crece, madura, y fruto de un trabajo personal (y después de infinitas sesiones de terapia psiquiátrica y muchas cajas de Prozac) una se acepta. Llega el “negra, ¡y qué!“. Llega la aceptación, la normalización, la búsqueda de las raíces, o de la africanidad (o afrocentricity, como dice Tonya TKO) o lo que quieras. Llega. Y estás en paz.
Acepto que soy negra, y ya no quiero ser otra cosa, ni tener la piel más clara, ni el pelo más liso. Lo comprendo, lo vivo con naturalidad. Avanzo segura de la belleza del color de mi piel, de mi pelo crespo, de mis ojos oscuros, grandes y redondos, de mis labios gruesos y mi nariz chata; de mis orígenes. De mí misma, después de todo. Y este poema, para mí, engloba todo eso.
Espero que te guste.
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15 Comments
Pues has dado entonces un gran paso (aunque haya sido a base de cajas de Prozac ;D)
Negarse a si mismo debe estar bastante reñido con la felicidad, creo yo, que de estas cosas, la verdad no tengo ni idea, pero me da esa sensación…
Tienes una boca preciosa!
Sí, nena. Mucho Prozac. Demasiado, y a edad temprana… (eso da para otro post… juas!). Sí, negarse a sí mismo está en la misma dirección que la felicidad, pero en sentido contrario: cuanto más te niegas, menos feliz eres. O, como mucho, puedes creer que lo eres, pero no. Oye, que me estoy inspirando!! Voy a escribir un post! Gracias, churri!! (también por el piropillo!)
El poema me gusta, mucho pero me ha llegado mucho lo que dices tu antes… Ole tu!! Bien por ti!!! Un besazo valiente
Muchas gracias, María!
Besitos también para ti!
Me ha encantado, y me ha hecho pensar, jamás imaginé que el proceso de aceptación propia pudiera complicarse de ese modo.
Me alegra que te encontraras en el espejo, y te dieras cuenta de quien eres.
Un beso
Pilar, me alegro de que te haya encantado, y más si te ha hecho pensar. En mi caso el proceso de autoaceptación se complicó, porque soy complicada per natura. Aunque creo que cada vez tiendo a facilitarme más las cosas, lo que me permite vivir más tranquila.
Mirarme en el espejo y reconocerme ha sido duro. Muy duro.
Besos.
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Nena, me han gustado muchísimo tanto tu reflexión como el poema. Es curioso que, cada uno por una cosa, casi todos tengamos que pasar por ese duro proceso de aceptarnos, asumirnos y aprender a querernos y a vivir dentro de nuestros cuerpos… Por negros, por blancos, por altos, por bajos, por gordos, por flacos, supongo que casi todos hemos renegado en un momento dado de lo que somos y quizá ese sea el comienzo del camino de la crisálida: mirar hacia dentro, reconocernos y decir “bueno, así soy, ¿pasa algo?”
Acabo de descubrir tu blog gracias al FT de Mamá Vaca en Twitter y voy a tener que preguntarle hasta qué me pongo por las mañanas, porque vive Dior que la chica tenía toda la razón al recomendarte.
Besos del color que más te apetezca,
Lady Vaga.
Eiiiiii!! Muy bienvenida a mi pequeño espacio de ciber-terapia personal! Quédate cuanto quieras, y comenta siempre que te nazca, Lady!
Mira, yo creo que lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos es aceptarnos y aprender a querernos. Es algo durísimo, que conlleva un trabajo muy duro… que no todo el mundo está dispuesto a hacer, también te lo digo. Pero vale la pena tomarse el tiempo en pararse un momento, sucumbir a la crisis, y resurgir después con fuerzas renovadas, aceptándonos tal cual.
Besos de chocolate… y gracias por comentar!
Oye, y que muchas gracias por hacer caso de las recomendaciones de Mama Vaca y creer que vale la pena. “Me se” nubla er sentío, cari! 😉
Lo que cuesta aceptarse, peor que un mal parto. Y es que hay edades en que casi nadie esta conforme con su envoltura corporal. Demasiado larga y zancuda, demasiado regordeta, demasiado morena, demasiado rubia, demasiadas canas…pues menos tintes y ole por la autoaceptación.
Un besote.
Bienvenida, Neuriwoman, a mi otro rinconcito (además de ciberjenis).
Sí, cuesta mucho aceptarse, pero vale la pena tomarse el tiempo y el esfuerzo de hacerlo.
Gracias por comentar.
Besos.
Acabo de descubrir tu blog por un tweet de Lady Vaga, y vaya casualidad, el comentario que ella ha hecho aquí es el que quería hacer yo 😉
Al final, todos tenemos que aprender -y pocos lo consiguen- a aceptarnos y amarnos tal cual somos: el problema no es lo que somos, sino la baja autoestima con la que todos nos formamos! 😉
Exquisito post! Bonito descubrimiento tu blog hoy!
Un abrazo!!!
Hola Ileana, Antes que nada, sé bienvenida a mi rinconcito; si te sientes a gusto, estaré encantada de que pases y comentes siempre que quieras.
Tanto tú como Lady Vaga tenéis razón: hay que aprender a aceptarse. Se vive muchísimo mejor.
Celebro que te haya gustado el post y el blog.
Cariños.
Hola muy orgullosa me siento que tengas tan presente una compatriota mía (Perú) y si el ser negra implica miles de cosas y aquí aún existe mucho racismo y cada día uno tiene que luchar para que sus hijos no se sientan intimidado por esto la sociedad en general tiene que aprenden a hacer a sus hijo fuerte de espíritu para que no se sientan mal cuando viene cualquiera quererlos maltratar