La historia de #LoDeLaBofetada me estaba generando mucho runrún.
Se ha hablado de los límites del humor, del derecho o no a ofenderse, de si violencia sí o violencia no, de los traumas infantiles del Sr. Smith y de un montón de cuestiones más.
Lo que he visto en la mayoría de publicaciones que he leído y oído en medios de comunicación generalistas y en cuentas en redes sociales con comunidades de cientos de miles de seguidores me chirriaba porque estaban obviando algo importante: la interseccionalidad de la raza en todo este asunto.
La importancia de la racialización en todo este asunto es algo que solo he visto en cuentas de activistas antirracistas y afrofeministas, y desafortunadamente, nuestras publicaciones no tienen tanto alcance como las de todas esas personas tan autorizadas, legitimadas y reconocidas. Ayer Antumi Toasijé apuntaba en su cuenta de Twitter:
Tengo una pregunta muy molesta… ¿Si Chris Rock hubiera sido un humorista blanco y hubiera hecho el mismo “chiste” sin gracia ninguna, le habría propinado Will Smith la misma bofetada?
Antumi Toasijé
Y Antumi, además, añadía lo siguiente:
Voy más allá, voy al colonialismo mental. Voy a cómo nos percibimos dentro de la propia comunidad Afro, lo que consentimos y lo que no a nuestras hermanas y hermanos y lo que consentimos o no a las y los demás y los porqués van más allá de las consecuencias.
Antumi Toasijé
Esta es una cuestión que no se ha tenido en cuenta y es interesante el planteamiento que hace Antumi Toasijé, porque seguramente si el cómico que hizo la broma fuese un hombre blanco, la reacción hubiese sido diferente. No sé cuál, pero habría sido diferente.
Otra cuestión que se ha puesto sobre la mesa desde el feminismo hegemónico ha sido que la intervención de Will Smith le quitaba agencia a Jada Pinkett-Smith y la dejaba en la posición de damisela en apuros que necesita ser salvada. Y esto me ha generado mucho runrún porque la mujer negra nunca ha sido la damisela en apuros. La damisela en apuros es un estereotipo de la mujer blanca.
La mujer negra encarna otros estereotipos, entre ellos el de Sapphire, la negra cabreada, ruda y violenta. Y el estereotipo de Sapphire, sumado a la misogynoir, impacta en los cuerpos de las mujeres negras de una forma muy concreta y violenta.
El bofetón de Will no es una defensa a la damisela en apuros. El bofetón de Will es la defensa a la mujer negra, constantemente vilipendiada en el espacio público, foco permanente de la mofa y el escarnio. Y, por supuesto que no son las formas deseables, que nadie vaya a pensar que estoy defendiendo lo que hizo Will Smith.
Lo que estoy diciendo es que en este análisis tan sesudo que se lleva haciendo desde ayer, la mayoría de personas blancas que se han pronunciado han obviado la interseccionalidad entre raza y género en sus análisis, y no han tenido en cuenta el factor que la misogynoir juega en este caso, y cómo la misogynoir probablemente influyó en la decisión de Chris Rock de humillar a Jada; en la reacción de la propia Jada y su posibilidad o no de actuar de otra forma (que tal vez habría confirmado el estereotipo de Sapphire), y finalmente la reacción extremadamente violenta de su marido, en un gesto que llevó al límite el hartazgo de algunos hombres negros, que no toleran más la humillación a la que estamos sometidas históricamente las mujeres negras, y en este caso a Jada.
Y por eso he escrito un artículo en mi columna de publico.es dando mi opinón sobre toda la movida.
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