La historia de Sugey

Hoy es jueves, último día de este octubre medio caluroso, al menos por mi tierra, que ya toca a su fin, y una semana más me alegro de tener otra historia más que presentar. En este caso, ha sido Sugey quien se ha prestado a compartir su historia.
Me hace ilusión que Sugey cuente su historia. Es una de las seguidoras del blog más activas, y por eso me gusta que se haya animado a contarnos su relato, su historia, de cómo ha cambiado la relación con su cabello [¡Muchísimas gracias, Sugey!].
No quiero entretenerme más. Os dejo con su historia.

La historia de Sugey

Me llamo Sugey Ferreras, soy de República Dominicana, y actualmente, desde hace once años, resido en España.
De pequeña me cortaban el pelo estilo afro por el calor (más mona yo, ¡jeje!). A los 12 años me alisaron el pelo con crema alisadora (cosa muy habitual en mi país, lamentablemente). Creo que nunca me gustó tener el pelo liso, me parecía engorroso y tenía que estar de peluquerías, y cada tres o cuatro meses, retocar de nuevo el crecimiento (una esclavitud). No obstante, me acostumbré, ya que en casa nos arreglábamos el pelo entre nosotras (mi madre, mis hermanas, primas, vecinas…hacíamos cursos de peluquería especializados en el cabello alisado, claro).
En fin, mientras estaba viviendo allá, no tenía problemas para cuidar y mantener mi pelo alisado. La odisea empezó cuando me trasladé aquí. No encontraba peluquerías especializadas y, hasta las que se colgaban el cartel de “especialistas en” resultaban bastante malas.
He pasado por muchas manos, me han tumbado mechones de pelo prácticamente desde la raíz, me lo han quemado… mi pelo apenas creía porque me lo tenía que cortar muy a menudo. Pero no todo fue desilusión. Encontré un peluquero excepcional, un chico venezolano. Una vez fui a una peluquería, me atendió este chico, y le dije que quería que me pusiera un alisado que no fuera muy fuerte. Mi pelo estaba maltratado y sin vida. Él me dijo que no me recomendaba alisarme otra vez, y que me iba a cortar un poco el pelo.
En fin, terminé con un BC [big chop] -el pelo no estaba tan cortito; llevaba 5 o seis meses sin alisarlo), pero yo no me veía, no sabía de la existencia de términos como big chop o transición, no sabía cuidar mi propio pelo (muy fuerte). Le dije que me pusiera algo que me aflojara un poco el rizo. Me dejó el pelo precioso. Yo estaba feliz de ver mis ricitos al cuello. Me enseñó cómo cuidarlo, cómo peinarlo… pero cada cinco o seis meses, tenía que retocar también, porque mis rizos eran más fuertes. Esto fue en 2007; en 2011 le perdí la pista, cosa que sentí mucho.
Probé con otras dos peluquerías, pero nada. En abril de 2012 me puse mi último alisado, se me quemó el pelo, las puntas estaban súper maltratadas y crujientes. Uffff…. en ese momento, y en definitiva, dije “ya no más maltrato a mi cabello” y dejé de ponerme esos potingues.
En enero de este año estaba desesperada con mi pelo; no sabía cómo peinarme, me costaba desenredarlo. De peinados usaba moños, me hacía una trenza, me ponía espuma y secaba con difusor para dejar el pelo suelto… hasta que un día se me ocurrió mirar en Youtube, y aquí las encontré a ustedes, unas personas maravillosas que tanto me han y me están enseñando con sus consejos.
A día de hoy llevo 18 meses sin alisado. Estuve en transición durante 16 meses, y llevo 2 totalmente natural. Estoy feliz con el resultado.

Llevo tiempo sin ir a mi país, pero parte de mi familia sabe que me he dejado el pelo natural y están encantada/os. Me dicen “qué bien, como cuando eras pequeña”. ¡Jeje! Mi madre me apoya mucho; mi marido me animó a que dejara de una vez el alisado (sufría con mis quemaduras). A las personas de mi alrededor les encanta mi pelo rizo y la forma en que me  peino. Muchas me dicen “quiero tener tu pelo”, o “quiero que me hagas esos peinados”, ¡jejeje!
Mi rutina es lavar la cabeza dos veces a la semana (una con co-wash y otra con champú), refrescar los rizos con agua, aplicar un poco de mi mezcla de aceites, alguna crema de peinar o leave-in casero, gel de linaza… Me pongo una mascarilla hidratante a la semana, casi siempre a base de frutas, aceites, acondicionador, mascarilla, miel y yema de huevo. Una vez al mes hago un tratamiento profundo con el huevo entero, un pre-poo de aceites calientes (también uno al mes), ejercicio y alimentación sana.
Los estilos que más me gustan son definir los rizos con wash & go y dejarlos secar al aire; el puff, los flat twist, los twist, los finger coils, trenzas grandes, moños… nunca me he hecho trencitas ni extensiones (están pendientes) ni tintes.
Animo a todas las chicas que quieran dar este paso a que se atrevan a hacerlo; no se arrepentirán. Al principio cuesta un poco, pero luego una se acostumbra y todo entra en la rutina personal. Par mí, dejar el alisado ha sido todo beneficios. ¡Espero que sea de ayuda!
Y ésta es mi historia. Quiero agradecer a todas y cada una de las chicas youtubers que tanto me han inspirado; a ti Desirée (cariñosamente, Ebony) por siempre estar tan pendiente, por tus buenos consejos y por ofrecernos este espacio.

Y la última frase del email de Sugey me la guardo para mí, porque son de esas pequeñas joyitas que, de vez en cuando me decís, que me conmueven, me emocionan al máximo y que guardo como en oro en paño para esos momentos dificilillos en los que me encallo y me cuesta seguir adelante.
Pues ésta es la historia de Sugey, una mujer que se ha reencontrado con su cabello y ha aprendido a cuidarlo y a sacarle partido. Quizás su historia sirva de inspiración a quienes estéis en un proceso similar.  Si tú, como el resto de chicas que ya lo han hecho, quieres compartir tu historia en el blog, envíame un mail a flor@negraflor.com, con el asunto “Historias de las lectoras” con las fotos que quieras (si es más de una, yo haré una composición) y publicaré tu historia en el blog, y las fotos en el álbum de la página de fans y en el tablero de Pinterest.
Y ahora, me gustaría que compartierais la historia de Sugey y le dejéis vuestras opiniones en el apartado de comentarios.