“¿Cómo voy a ser racista si tengo una amiga negra?”
“Yo no soy racista, mi hijo es negro”.
“Yo no soy racista. Tengo amadrinada a una niña en Senegal”.
Es posible que te suene alguna de estas frases. Es posible, incluso, que hasta tú hayas dicho en alguna ocasión algo parecido. Sin embargo, tengo una mala noticia para ti: tener una amiga/familiar/conocida negra no te libra de ser racista. En este artículo para mi columna Desenredando, en publico.es, te explico por qué. Puedes leer el texto completo desde este enlace.
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