No quería hablar del colecho…No quería hablar del colecho…No quería hablar del colecho…No quería hablar del colecho…
  • Home
  • Trabaja conmigo
    • Organizaciones
    • Particulares
  • Blog
  • Escritora
  • Sobre mí
  • Aprende gratis
✕
Semana Europea de la Movilidad
septiembre 19, 2011
Probando peinados
septiembre 21, 2011

No quería hablar del colecho…

Publicado por Desirée Bela-Lobedde el septiembre 20, 2011
Categorías
  • Crianza
Tags
  • colecho
  • Crianza
  • cultura
  • dormir
  • familia
  • sueño

… pero voy a hacerlo, porque me canso de oír según qué cosas.

El jueves de la semana pasada estuvimos en la reunión del colegio para el inicio de curso de Chocolatina Menor. Como ya sabes -y si no, lo sabrás ahora- mi hija menor empieza este curso su andadura escolar, pisándole los talones a Chocolatina Mayor, que empezó el curso pasado.

El equipo de educación de infantil convocó a las nuevas familias a una reunión, para explicar el funcionamiento y la programación del curso, las actividades y salidas, el horario, explicar el material que debemos llevar y cómo se hará la adaptación al curso escolar. Hasta aquí todo bien, muy bien presentadito en un PowerPoint; todo muy bien explicado.

La madre del cordero viene con la última diapo de la presentación, titulada “Algunos consejos”. Entre ellos, dejar el baby talking para así ampliar el vocabulario de los niños, fuera chupetes, porque ya son grandes… y no dormir con ellos, porque no les hace ningún bien.

Ya estamos con que si la abuela fuma.Vamos a ver, lo que voy a decir aquí es tan sólo mi opinión personal. Respeto (casi) todas las opciones familiares. Digo casi porque hay cosas que no entiendo bajo ningún concepto, pero no voy a hablar ahora de eso (o sí, si me voy mucho por los cerros).

Yo soy de esa gente que duerme con sus hijas, y no me escondo, si bien tampoco lo pregono a los cuatro vientos a la primera de cambio. Sé que decir esto y escribir este post es contradictorio, pero llega un punto en que se me hincha la vena del cuello y, por que no estalle y llenarlo todo de sangre (que no es ni cool ni classy), vengo y me desahogo aquí, que para algo el blog es mío, y olé.

Decía que duermo con mis hijas. Y duermo con ellas porque es la opción que yo he escogido. Igual que hay quien decide llevar a sus hijos a otra habitación cuando cumplen cuatro meses o incluso antes. Pues yo decido dormir con mis hijas. Sí, es por mi comodidad, y por la de toda mi familia. Pero sobre todo es porque a nosotros nos gusta así. No ha sido la última opción después de intentar que durmieran solas, o de pasar noches en blanco ni nada por el estilo. Ha sido una decisión tomada a conciencia.

Y alguien vendrá, como me pasó una vez, a decirme que está mal dormir con los hijos. Que los hace dependientes. Bien, al respecto, un par de apuntes:

  • Dormir con los hijos no es mal. Mal es pegarles, maltratarles, humillarles. Eso es tratar mal a un hijo. Dormir con los hijos por decisión propia no está mal. Otra cosa es que sea una opción no compartida. Pero mal no está.
  • Los niños tienen que ser dependientes para, posteriormente, tener la seguridad necesaria para independizarse. Estoy harta de la aclamada independencia de los niños. Un niño independiente, señoras y señores, no sobrevive.

Bien, dicho esto, voy a daros el tostón con algunos datos, por aquello de que sé que vendrá alguien a decirme que esto me lo he sacado del arco del triunfo, y no.

En todos los estudios comparativos del sueño infantil, las sociedades industriales de Occidente, sobre todo entre blancos de clase media, ponen a sus niños y bebés en camas individuales y, a menudo, en un carto propio. este patrón contrasta marcadamente con casi toda la historia humana. Como ya hemos visto, hasta hace 200 años todos los bebés dormían con adultos; virtualmente todo el mundo dormía con alguien. Esto sucedía antes de que apareciera la noción de “intimidad”, concepto que ha arraigado en las culturas norteamericanas.

O sea, que resulta que esto de que los niños duerman solos es nuevo. Sí, y doscientos años, para todo lo que representa la historia de la humanidad es muy poco.

Ya, pero ¿y qué pasa si te duermes encima del bebé y lo aplastas y se muere asfixiado? se preguntará alguien. Veamos, las madres tenemos un instinto de protección brutal, y no aplastaremos a nuestras criaturas. Las dos primeras noches igual dormirás envarada, pero la tercera te relajarás y descansarás.

Y si lo que te hace sufrir es tu pareja, pues o pones al bebé en un lado de la cama (y la cama pegadita a la pared, si es factible), o pones al bebé en medio, y entre el cuerpecito de tu baby y el de tu pareja, pones una almohada. Y listo. Además, otra cosa te voy a decir: los bebés tienen un instinto de supervivencia bestial, y dudo que cualquier bebé que sienta que algo le presiona y, por tanto, le molesta, se vaya a dejar aplastar, y sucumbir al trágico destino de morir aplastado.

Pero entonces esto de los niños que mueren asfixiados, ¿qué es? ¿Una especie de leyenda urbana? Alguno habrá que haya tenido la desgracia haya fallecido así, pero lee esto:

También era un época de muerte. La mortalidad infantil era común; por ejemplo, en el primer censo sueco, realizado en 1749, llegaba a 200 de cada 1.000 naicmientos (20 por ciento). Gran parte de esta mortandad entre los niños se debía a enfermedades o a problemas en el parto, pero se pensaba quem uchos bebés, sobre todo en los centros urbanos, habían muerto “por accidente” mientras dormían en la misma cama con los padres. La causa se atribuía a sofoación: la madre o el padre, al darse la vuelta, aplastaban al bebé y lo ahogaban (…). Aunque se aceptara la asfixia como motivo de alta mortalidad infantil, en realidad muchos de estos fallecimientos era sumamente sospechosos

En los siglos XVI y XVII, la mayoría de los países europeos dictaron leyes para impedir que los padres durmieran con sus bebés. En esencia, estaban tratando de impedir el infanticidio. Cuando había demasiadas bocas para alimentar era fácil sofocar a un bebé “por accidente”. Por tanto, el gobierno debía intervenir.

El miedo a la sofocación persigue hoy a muchos padres occidentales. A todos les parece posible aplastar al bebé o ahogarlo bajo una montaña de mantas. Pero tal como apunta el investigador McKenna, los bebés nacen con fuertes reflejos de supervivencia, capaces de gritar y patalear antes de permitir que algo les obstruya las vías respiratoria. La sencilla evidencia de que, en el mundo actual, la mayoría de los bebés duermen con uno de los padres sin morir asfixiados, debería convencer a los padres de que es bastante difícil arrollar a un bebé sin darse cuenta.

Pues parece que de aquí se puede deducir de dónde procede ese miedo a que los niños fallezcan aplastados…

A pesar de todo esto, insisto: me gusta dormir con mis hijas. E igual que yo no digo absolutamente nada a las gentes que duermen lejos de sus hijos, sobre los peligros de no poder atender con rapidez a sus hijos en caso de que les pase algo, por favor, que nadie venga vaticinando graves problemas en el desarrollo psicológico de mis hijas y en el daño que les estoy inflingiendo al dormir con ellas. Por ahí no paso.

Además, mi familia proviene de África, mi madre dormía con sus hermanos, y lo ve lo más normal del mundo. De hecho, recuerdo que, al poco tiempo de nacer Chocolatina Mayor, llegó una tía mía de visita, y mi madre le dijo que la niña dormía con nosotros. A lo que mi tía respondió “claro, dónde va a dormir la criatura, si no”.

Por lo tanto, esto de dormir con los hijos o no, parece que es, en primera instancia, algo cultural; y después, se lleva a cabo no se lleva si encaja con la dinámica de cada familia. En mi familia hemos decidido tener una sola habitación familiar (a pesar de que nos sobra espacio), compartimos ese espacio; nos vamos a dormir juntos, nos despertamos juntos. Y sentir a mis hijas tan cerca de mí me reconforta. Y me gusta que Chocolatina Menor me despierte por la mañana los fines de semana, acariciándome la mejilla; o que Chocolatina Mayor susurre que ya está despierta y quiere ir al salón.

Además, siempre me hago la misma reflexión: si, en la edad adulta, casi todos dormimos con alguien a quien queremos, ¿por qué de pequeños tenemos que dormir solos? De hecho, los adultos nos sentimos raros y nos cuesta conciliar el sueño cuando estamos acostumbrados a dormir con alguien y unas noches -por lo que sea- nos acostamos solos. ¿Por qué a los niños se les tiene que dar un trato diferente? Se trata de que duerman. Y duermen mejor acompañados que solos. A mí también me pasa.

Porque se trata de que duerman, de que descansen. No de que aprendan a dormir. A dormir no se aprende. Los procesos evolutivos no se aprenden.

En fin, todo esto venía, si recuerdas, por el comentario de la que será profesora de mi hija. Ya han empezado las clases, y supongo que pronto empezarán las entrevistas de inicio de curso con las familias. Y si me vuelven a entregar el mismo formulario del curso anterior (que sé que lo harán) en el que preguntan cómo y con quién duerme la niña, cómo fue el parto, y otras cosas que creo que no guardan relación con la educación de la niña, diré, sin ningún reparo que dormimos los cuatro juntos, y que, con respecto a eso, gracias pero no acepto sugerencias ni consejos; y menos, mientras esta señora no pueda demostrar que a mi hija menor le supone algún tipo de perjuicio, a nivel de desarrollo o aprendizaje, dormir conmigo. He dicho.

**Los fragmentos citados en el post pertenecen al libro “Nuestros hijos y nosotros”, de Meredith F. Small. Colección: Crianza Natural.

Compartir
Desirée Bela-Lobedde
Desirée Bela-Lobedde

Posts relacionados

octubre 23, 2012

Las necesidades afectivas de los niños


Leer más
marzo 13, 2012

La protagonista


Leer más
diciembre 23, 2011

Regalos con mensaje


Leer más

39 Comments

  1. Tris dice:
    septiembre 20, 2011 a las 08:03

    Exacto,  yo no veo ningún mal en que padres e hijos duerman juntos, yo hasta los 7 años dormí con mi madre y mi abuela, y aquí estoy, no me considero un persona dependiente, no he sufrido axfisia ni nada similar.
    Aunque lo de la axfisia si que es verdad que a veces crea cierto temor, yo he tenido gatos toda la vida, y cuando algún cachorro (o adulto) se  pone malo y he de  cuidarlo noche y día, me lo llevo a dormir conmigo, y aunque la comparativa no es la misma, pero en ocasiones he sentido el temor de aplastarlo y axfisiarlo, pero tanto animales como humanos tenemos mecanismos de alerta.

    Responder
  2. Tris dice:
    septiembre 20, 2011 a las 08:03

    Exacto,  yo no veo ningún mal en que padres e hijos duerman juntos, yo hasta los 7 años dormí con mi madre y mi abuela, y aquí estoy, no me considero un persona dependiente, no he sufrido axfisia ni nada similar.
    Aunque lo de la axfisia si que es verdad que a veces crea cierto temor, yo he tenido gatos toda la vida, y cuando algún cachorro (o adulto) se  pone malo y he de  cuidarlo noche y día, me lo llevo a dormir conmigo, y aunque la comparativa no es la misma, pero en ocasiones he sentido el temor de aplastarlo y axfisiarlo, pero tanto animales como humanos tenemos mecanismos de alerta.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 08:47

      Qué bien!! Un caso de una treintañera (espero que no te moleste que lo diga, eh) que ha dormido con adultos!!
      Doy fe de que eres una persona de lo más normal… la mayor parte del tiempo 😉

      Responder
  3. Mipequenokoala dice:
    septiembre 20, 2011 a las 08:08

    Ole ole y ole!!! Muy bien dicho y explicado. Nosotros tb dormimos con la gorda porque QUEREMOS!!! y aquien le moleste que mire a otro lado. Me ha encantado. Un besito

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 08:41

      Gracias por tus palabras, María. Me alegro de que te haya gustado. Se trata de eso, de que cada uno elija en función de sus propias preferencias, y se sienta libre de hacerlo así; me entristece mucho cuando me encuentro con alguna madre que viene al grupo de lactancia y confiesa, como con miedo, que duerme con su bebé. Y cuando sonrío y le pregunto que qué problema hay, respira aliviada al no sentirse juzgada. A eso me refiero.
      Besitos!

      Responder
  4. maba dice:
    septiembre 20, 2011 a las 08:15

    pues con respeto se puede debatir; mi opción es la contraria. Daniela y yo dormíamos en la misma habitación, que no en la misma cama cuando vivíamos con mis padres;
    cuando nos independizamos una de las cosas que más me apetecía era que cada una tuviera su espacio y, de hecho, a Daniela le gusta dormir sola, de siempre. Una cosa es que pida mimos y se los doy pero cuando se está quedando dormida dice “ya te puedes ir”  o “llévame a mi cama” 
    en mi circunstancia hay algo más.. yo no tenía pareja; ahora sí. Si mi opción hubiera sido otra o Daniela se hubiera sentido desplazada cuando en mi cama pasaría de estar ella  a otra persona o tendríamos que dormir los tres juntos y estoy imponiendo demasiada voluntad, creo, al confiar que a mi pareja y a mi hija, sin conocerse demasiado les iba a resultar cómodo compartir el espacio; 
    a vosotros os funciona vuestro modelo.. a nosotros, el nuestro.
    un besazo guapa

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 08:32

      Exacto, Maba, desde el respeto se puede debatir. Es lo que dice mi querida Fiebre: “cá uno es cá uno y sus caunás”. Tú, por tus circunstancias personales, elegiste una forma de pasar las noches; y entiendo perfectamente lo que comentas del cambio que hubiese supuesto para Daniela la aparición de Vi, y el sentirse desplazada. Nada que decir al respecto.
      De lo que yo me canso es de las personas que me dicen constantemente que dormir con los hijos está mal, cuando, en realidad, se trata de modelos familiares diferentes. Sólo se trata de eso. 
      Pero no. Hay gente que no muestra respeto por las opciones que difieren de las suyas. Y, cuando nació Chocolatina Mayor, incluso tuve que escuchar la opinión de la camarera que me servía un café una mañana mientras yo hablaba con otras madres, que vaticinaba lo muchísimo que me iba a costar sacar a la niña de la cama. O gente que no entendía que, con 18 meses que tenía Chocolatina Mayor, no la dejase beber coca-cola, pero le permitises dormir conmigo. Churras con merinas.
      Pero evidentemente, me apetece un debate sano, respetuoso, en el que cada uno aporte su punto de vista o su opinión en función de su experiencia. Gracias por comentar.
      Besos mil!

      Responder
  5. johanna acquah dice:
    septiembre 20, 2011 a las 08:28

    Me parece muy bien tu opción además de por decisión propia con argumentos de peso. 
    Yo soy de las que prefiere dormir sola, niños no tengo pero marido si 🙂 y descanso mejor cuando duermo sin él, la opción camas separadas me parecía muy “fuerte a ojos de los demás” para unos recién casados así que pusimos cama de matrimonio, pero como digo me gusta dormir sola. 
    Cuando tenga niños no sé como será, pero me gusta tanto como lo has descrito que a lo mejor me paso al colecho con marido incluido.  De hecho cuando era pequeña y tenía terrores nocturnos, dormir con mi abuela es uno de los mejores recuerdos que conservo.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 08:57

      Johanna, me alegra saber de ti.
      Me alegra que comentes, porque aportas un punto de vista diferente. También me parece de lo más respetable el querer dormir sólo pese a vivir en pareja (y tener una buena relación, obvio); siempre nos han vendido que eso es típico de parejas mal avenidas. Y tampoco tiene por qué ser así.
      Muchísimas gracias por tu comentario.
      Besos!

      Responder
  6. josema dice:
    septiembre 20, 2011 a las 08:58

    Yo tambien practico el colecho por que quiero y porque a mi hija y a mi nos gusta!!! 
    Y en efecto, tiene un efecto secundario: que se refuerzan mucho mas los lazos afectivos.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 12:03

      Eso es! Se refuerzan los lazos afectivos!! Muy bien por tu elección, Josema.
      Bienvenido al blog y gracias por comentar.

      Responder
  7. Drew dice:
    septiembre 20, 2011 a las 09:12

    Aquí la que con 9 años de vez en cuando compartía cama con su madre… Y a día de hoy adora dormir sola. Y no, ni me costó salir, ni me considero dependiente, ni morí asfixiada… que suerte tengo, verdad?
    Pecaré de ilusa, pero a mi me sigue alucinando que un colegio se tome la licencia de dar semejantes consejos. 
    Que sigáis disfrutando del colecho!

    Responder
    • Miss Thirty dice:
      septiembre 20, 2011 a las 10:11

      a mi tambien me alucina que los colegios entren en esas cosas. ya puestos… ¿no podrían los padres indagar y aconsejar sobre las conductas y hábitos de los pofesores o personal docente? hombre… si ellos nos van a juzgar y orientar sobre como convivir con nuestros hijos a mi me gustaría poder opinar tambien sobre como van ellos a dar las clases, como se comporaran y mil cosas. tambien me gustaría saber como durmieron de pequeños porque según su lógica si hay alguno que practico colecho a lo mejor es demasiado inmaduro o tiene problemas de desarrollo y no lo quiero junto a mi hijo…. ¿no?

      Responder
      • Anónimo dice:
        septiembre 20, 2011 a las 12:02

        Recomiendan eso y mucho más, Miss. Si quieres, léete los posts que escribí sobre el control de esfínteres, y ya así, te cortas las venas o te las dejas largas para siempre.

        Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 12:01

      Mira, otra que durmió hasta mayorcita con su madre!! Me encanta saberlo Drew!! Sí, ya ves que fuiste muy afortunada por sobrevivir a esas noches 😉
      Gracias por comentar!

      Responder
  8. Charoguijarro6 dice:
    septiembre 20, 2011 a las 09:16

    Perfectamente aceptable.A mi me encanta dormir con mi retoño…slo lo que él pasa olimpicamente.Salió a la madre así de desprendido.De uvas a perasle da el punto y me meo de gusto cd me dice:quiero dormir con mami….imaginate!!!.
    Con esto no quiero decir que sea una defensora total del colecho.Soy defensora de lo que le cuadre a cada familia siempre que se mire por el bienestar de los pollitos.
    No hay nada mas bello que lo primero que uno ve al despertar es esa piel suave y el brillo de su pelo…y ya que pongo sensiblona.
    Bien por ti y por hacer lo que te apetezca.

    Responder
  9. Miss Thirty dice:
    septiembre 20, 2011 a las 10:07

    Me gusta mucho cómo lo has explicado porque con lo que yo me quedo es con que ‘es una opción personal y familiar y nadie debe juzgarla’. creo que cuando convives (en familia, en pareja, con quien sea) el ‘acople’ personal se va creando conforme a necesidades y soluciones. ni creo que el colecho sea la solución para todos ni creo que este mal porque si. nada que resuelva necesidades y sea una opción personal puede estar mal, mientras todos estén contentos. nadie duerme igual: hay quien duerme quieto, hay quien duerme agitado… yo hago colecho con mi pareja y mi perrita. hay quien se escandaliza de que mi perro entre en la cama… pero es mi perro, y es mi cama y a quien no voy a dejar entrar en ella es a todos los bocazas que opinan sobre algo que forma parte de mi INTIMIDAD.
    me gusta mucho como explicas las ventajas del colecho porque me gusta conocer opciones. si alguien que elige algo me lo cuenta con mesura, y con argumentos no impositivos ni radicales, aprendo. Y eso me hará tener información para el dia en que sea madre y tenga que resolver si metemos a otro ser en nuestra cama de tres.
    por cierto que de los animales se aprende mucho… son puro instinto. mi perrita duerme con nosotros pero no se sube a la cama hasta que estamos quietos, porque le molestan nuestros meneos de ‘acople’ (las vueltas que das hasta que coges el sueño). y en verano solo se sube un ratito y luego se marcha. pero siempre, siempre, siempre… se sube por la mañana para estar junto a mi cuando me despierto. y subió por primera vez cuando era una pelusa de 5 kg. y tuve miedo de aplastarla pero se coloco como solo un cachorro sabe haacerlo… pegada a mi pero en una posición no ‘aplastable’.
    los cachorros humanos y animales no son tan diferentes. están mas próximos a la supervivencia y al instinto que nosotros.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 11:46

      Me encanta tu comentario, Miss Thirty. Y me quedo con lo que dices: “ni creo que el colecho sea la solución para todos ni creo que este mal porque si. nada que resuelva necesidades y sea una opción personal puede estar mal, mientras todos estén contentos”, porque se trata precisamente de eso, de que cada cual, en su casa resuelva sus necesidades como considere oportuno.
      Yo no suelo hablar del colecho, sobre todo si siento que a mi interlocutor le importa un bledo lo que le digo; pero cuando alguien quiere escuchar, porque, como tú dices, quiere aprender, me explayo, sin imposiciones ni malos modos ni nada. Me encanta dialogar.
      Cierto, los cachorros mamíferos no difieren tanto los unos de otros, y tienen un instinto de supervivencia bestial.
      Muchísimas gracias por tu comentario!

      Responder
  10. patinadora dice:
    septiembre 20, 2011 a las 10:16

    Me ha encantado el comentario de tu tía, jajajajaja
    A mí me parece perfecto el colecho. Yo no lo practico, entre mi santo y mi hija acabaría durmiendo en el sofá, pero me parece genial que lo haga quien quiera, y de hecho, cuando puedo me la meto en la cama para darnos mimos…
    Y encantadora la foto!!

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 11:43

      De eso se trata, Patinadora, de que cada cual elija cómo dormir en función de los usos y costumbres de cada hogar. Y que nadie nos tenga que juzgar por querer compartir por querer compartir cama o habitación con nuestros pequeños.
      Y lo de darse mimos en la cama con los peques es de lo mejorcito ;)Besos!

      Responder
  11. Pedro Soria dice:
    septiembre 20, 2011 a las 10:54

    Las recomendaciones son solo eso, recomendaciones, no un mandato ni una verdad absoluta. Como en todo en la vida y muy especialmente en educación, uno las pasa por su filtro y decide si seguirlas o no.
    Mi padre, despues de cuarenta años de maestro y cuatro hijos, cuando nació mi primer hijo, su primer nieto, me dijo “los niños se crian a pesar de los padres y aprenden a pesar de los maestros”. Hay muchos caminos para criar a los hijos, los tuyos tiene una madre con personalidad y criterio, sigue tu camino.
    Besos.
    PS. Por cierto por cultura y convicción mis hijos duermen solos desde muy pequeños y el pediatra del mayor, excelente por cierto, me recomendó lo contrario.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 11:41

      Muchísimas gracias por tus palabras, Pedro (no me acostumbro, prefiero Babiolonio). Intento hacer las cosas así, según mis/nuestras convicciones y mi criterio, que será bueno o malo, pero es el mío, vamos.
      Lo que te dijo tu padre es muy acertado, en el fondo. Criarse, se crían; pero, por lo menos, que los padres podamos hacer nuestras elecciones sin estar sometidos a dimes y diretes por hacer las cosas de según qué maneras.
      Muchísimas gracias por comentar y ofrecer otro punto punto de vista
      Besos.
      P.S.: Muy curiosa tu anécdota. Que tu pediatra os recomendase colechar y prefirieses lo contrario 😉

      Responder
  12. la mama de una bruja dice:
    septiembre 20, 2011 a las 13:49

    Por aquí otra pecadora que cualquier día matará a su hija asfixiada!! A mí esos comentarios me tocan bastante los… la moral, duermo con mi hija porque me da la gana y no me vengas con historias de traumas y complejos porque no tienen ni pies ni cabeza. No hace falta irse a otros países ni a otras épocas, la mayoría de nuestros abuelos y muchos de nuestros padres dormían todos juntos porque no tenían otra opción y no les ha pasado nada de nada.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 18:24

      Hola!! Pues sí, es cierto que no hace falta irse muy lejos en el espacio y en el tiempo para encontrar pruebas de que siempre se ha colechado. Nos convendría recordarlo más a menudo 😉
      Gracias por comentar!!

      Responder
  13. mommo.es dice:
    septiembre 20, 2011 a las 14:26

    …Si en la edad adulta casi todos dormimos con alguien a quien queremos ¿por qué de pequeños tenemos que dormir solos?… Me ha parecido genial. Si es hecho cultural, convicción, porque quiero, porque me dicen que no… No lo sé, solo quiero dormir abrazaditos los tres. Menos mal que hablas de colecho, aunque no querías hacerlo, porque lo haces muy bien.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 18:20

      Ains! Bienvenida a mi rinconcito! Me encanta tenerte por aquí, y me encanta que te haya gustado la reflexión. Eso se lo digo siempre a las madres que vienen al grupo de lactancia, cuando se sienten culpables por dormir con sus bebés.
      Quiero pensar que mis hijas aprenden que la gente duerme con las personas a las que quiere, y por eso nosotros dormimos juntos.
      Me alegra que te haya gustado el post.
      Besos!

      Responder
  14. Lady Vaga dice:
    septiembre 20, 2011 a las 16:05

    Otra que colecha por puro placer… Y por vaguería, lo admito, que dar
    la teta en modo piloto automático medio dormida es una gozada 🙂
    Cada cual que se apañe como mejor le vaya y listos… Eso sí, el día que
    me pregunten en el cole que dónde duermen mis hijos o cómo fueron sus
    partos, fijo que les diré que me cuenten ellos lo suyo primero, ¿qué
    indiscreción es esa?
    Besos de cama grande,
    Lady Vaga.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 18:18

      Ay, diva, amamantar con el piloto automático es de lo mejor, hay que reconocerlo. A mí me encanta.
      Exacto, que cada uno haga de su capa un sayo y que deje dormir a los demás como consideren oportuno. Ya verás que, en esto de la educación -por lo menos en mi pueblo- son de un indiscreto que tira p’atrás.
      Besos King Size,
      Miss Ebony.

      Responder
  15. Pilar dice:
    septiembre 20, 2011 a las 17:41

    No duermo con mis hijos, y salvo enfermedad cuando eran muy pequeños, no lo he hecho nunca, es mi decisión, meditada y por tanto admito opiniones y nada más, supongo que igual que tú.
    Quizás la clave de todo sea el respeto por las opciones de los/las demás, y eso no es lo común.
    Besos

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 20, 2011 a las 18:16

      De eso se trata, Pilar, de que hay mucha gente que no respeta. Tú has preferido no dormir con tus hijos. Perfecto; es tu decisión y yo no tengo nada que decir al respecto porque es tu decisión, y tú sabes los motivos que te han conducido a ello. A mí lo que me quema la sangre es que me digan que estoy malcriando a mis hijas y que las hago dependientes y no las dejo crecer por dormir con ellas; que emitan ese tipo de juicios y se queden tan anchos. No me gusta. 
      Y por eso no me gusta que en el colegio me diga cómo tengo que dormir o dejar de dormir con mis hijos, porque ése es un tema que, en realidad no le incumbe a la profesora de mi hija, igual que a mí no me incumbe si usa tampax o salvaslip, por poner un ejemplo. Son temas de la intimidad de cada familia que cada uno cmoparte con quien quiere.
      Besos y gracias por comentar 😉

      Responder
  16. Eli aka NC dice:
    septiembre 20, 2011 a las 22:01

    Fíjate que mi hermana quiso pasar a las mellizas a la cuna cuando tuvieron unos mesecitos y mi cuñado no quiso (como es papá primerizo no se quiere despegar ni un segundo de ellas) Los primeros meses él dormía en un colchón al lado de la cama por miedo a aplastarlas, ahora ya comparten la cama los 4 y no hay quien los separe, je je.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 21, 2011 a las 00:20

      Ésa es una opción que usan algunas familias: quitar el somier y juntar colchones en el suelo de la cama para disponer del espacio necesario para poder dormir todos juntos. Todas las opciones son válidas!
      Gracias por comentar!

      Responder
  17. Maraina dice:
    septiembre 20, 2011 a las 22:08

    Bueno… Yo he hecho de tó. Y de lo q me arrepiento es de llevar a mi hijo a su cuarto cuando no tenía ni el año porque “tiene q ser así” y el padre no permite otra cosa. Y una, q es inexperta además de otras cosas, pues duda y hace caso a los demás y tal… Pero, por suerte, dejé de permitir q opinaran más y empecé hacer lo q me empezó a salir del kiwi. Q gozada!
    Estuvimos un tiempo durmiendo en camas juntas. Eso de q dijera “a” y enseguida poder darle la mano y q no llegase ni a despertarse… Q de horas hubiera dormido antes!!!
    Ahora, con 4 años, a veces dormimos juntos. Aunque es una cama grande yo no descanso lo mismo. Pq el titi se me pega cual lapa, q a veces me cambio de lado saltándole por encima, alguna patadita, codazo rodillazo, se atraviesa,… Asiq entresemana duerme en su cama. Eso sí, se duerme conmigo tumbada a su lado y cuando está roque me voy. Y los fines de semana suele dormir en la mia.
    Un poco de todo!!! Y él no pone pegas, ni está mal acostumbrado, como suelen decir q pasa…

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 21, 2011 a las 00:20

      Tú has hecho de tó, troncah. Si por colechar, has colechado hasta conmigo!!
      I L U 

      Responder
  18. Anónimo dice:
    septiembre 21, 2011 a las 00:12

    Eso es, mi niña linda: a favor del respeto siempre. De la libertad de elección, y de la comprensión de que lo que está bien para unos no está bien para otros y que, por lo tanto, no es necesario que pasemos todos por el mismo aro y al mismo tiempo.
    Gracias por comentar!

    Responder
  19. Roser dice:
    septiembre 22, 2011 a las 14:56

    Me ha encantado tu post. Porque lo vivo de la misma manera. Mis hijos ahora tienen 4 y 7 años y duermen en una cama de matrimonio ellos juntitos en su habitación, pero han dormido con nosotros hasta los 3 años o más. Cada cual que haga en su casa lo que quiera, con lo que se sienta más cómodo y lo que mejor considere para la crianza de sus hijos. A mi han visto cómo una verdadera marciana por haber amamantado a mi hijo hasta los 3 años y medio, pero a mi plim. Ël lo ha dejado cuando ha querido y los dos tan contentos.
     Acabo de solicitarte en el twiter he visto que eres amiga de Tris y me gusta cómo escribes. Hasta que punto en TW puedes rechazar que alguien te siga? lo digo por si no existe esa opción.
    muixerangueta
    Roser

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 22, 2011 a las 20:03

      Hola Roser! Ahora que me dices que eres amiga de Tris, te ubico; creo que, en alguna ocasión me ha hablado de ti. Bienvenida a mi rinconcito de desahogo. Quédate todo el tiempo que quieras y siéntete libre de comentar.
      Sobre tu pregunta respecto a Twitter, si quieres rechazar a alguien que te sigue, tienes que bloquearle. Creo que es eso lo que me preguntas.
      Saludos, Roser!

      Responder
  20. Roser dice:
    septiembre 22, 2011 a las 14:59

    La más gran barbaridad que conozco es la de una conocida que tras hacerse más inseminaciones de las recomendables y tener problemas de salud al nacer sus gemelos. El primer día al llegar a casa del hospital se fueron directos a SU HABITACIÓN. Para que no se acostumbren. Para mí es inconcebible. Yo adopté a mi hija a sus 16 meses y YO  necesitaba tenerla en mi habitación para oirla respirar, por si tenía una pesadilla estar allí. No sé… cada persona vive la cosas de una manera. Pero el instinto de hacerse cargo de un bebé y tenerlo lejos, no lo veo nada práctico.

    Responder
    • Anónimo dice:
      septiembre 22, 2011 a las 20:04

      No es práctico, Roser, sobre todo si amamantas. Pero es lo que dices: cada cual hace las cosas como quiere… o, en muchos casos, como puede 😉

      Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  • Home
  • Trabaja conmigo
    • Organizaciones
    • Particulares
  • Blog
  • Escritora
  • Sobre mí
  • Aprende gratis
  • Aviso legal
  • Política de cookies
  • Política de privacidad
  • Términos y condiciones
Copyright 2022 - Desirée Bela-Lobedde

Este sitio utiliza cookies funcionales y scripts externos para mejorar tu experiencia.

Privacy settings

Ajustes de privacidad

Este sitio utiliza cookies funcionales y scripts externos para mejorar tu experiencia. A la izquierda se especifica qué cookies y scripts se usan y cómo impactan en tu visita. Puedes cambiar tus ajustes en cualquier momento. Tus decisiones no tendrán impacto en tu visita.

NOTE: Estos ajustes solo se aplicarán al navegador y dispositivo que estés usando actualmente.

Google Analytics

Uso cookies de Google Analytics para saber de donde vienes y por donde te mueves en la web, los datos son completamente anónimos, en esta casa cumplimos con el RGPD.

Powered by Cookie Information