Esta mañana Chocolatina Mayor se va de colonias. Va con su clase a pasar dos días en una casa de colonias. Una noche fuera de casa con todos sus compañeritos de clase y su profesor.
Siempre, desde que empecé a plantearme si Chocolatina (cuando era hija única) iba a ir a colonias, me había dado por pensar que no. Que, si eso, cuando fuese más grande ya me lo plantearía; pero que en P3, no. Que iba a ser muy pequeña y que mejor esperar.
Y hace cosa de más de un mes, llega Chocolatina Mayor diciéndonos que se iba a ir a dormir con sus amiguitos a una casa muy grande, sola, sin papás. Al principio no supimos de qué estaba hablando, porque no hizo referencia al colegio ni nada. Pero cuando empezamos a preguntarle, ya nos dijo que había sido su profesor quien se lo había explicado. ¡Acabáramos! ¡Las colonias!
Estaba emocionadísima con la idea de irse de colonias con sus compañeritos de clase y, claro, cuando le preguntamos si quería ir y dijo que sí tan claramente, sin vacilar en absoluto que pensamos “bueno, ¿y por qué no?”.
Chocolatina Mayor tenía muy claro que tendría que dormir sola, sin cogerse al brazo de papá (que es como duerme, porque colechamos), pero estaba decidida a ir, y a dormir sola, como las niñas mayores. Y después de haber pasado el finde con los abuelos, y que ya hemos visto que no le supone un problema dormir sin nosotros… ¡pues que vaya!
La fui a buscar la semana pasada al colegio a mediodía, y salió explicándome todo lo que tenía que llevar en la mochila:
– Mamá, J. [su profesor] dice que tenemos que llevar calcetines, y braguitas… ¡y dormiré en un saco! ¡Y tenemos que llevar una linterna para hacer juegos de noche!
Y vi la ilusión en sus ojos, y recordar la linterna me hizo rememorar mis excursiones con el colegio, y me dio la nostalgia, me conmoví, y empecé a estar tan emocionada con esto de las colonias como ella.
Aún así, la voy a echar de menos terriblemente. Y sólo es una noche. Pero la echaremos de menos. Y Chocolatina Menor la extrañará mucho, lo sé con certeza. Pero ella está decidida, y no quiero frenarla; tengo que acompañarla y respetar su elección. Lo va a pasar en grande, y va a venir con infinidad de cosas que explicar. ¡Qué ganas tengo ya de que vuelva!
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12 Comments
A mi siendo muy pequeñas me da algo de miedo dejarlas, pero cuando crecen algo creo que es algo muy bueno que salgan de excursión con sus amigos, aquí es diferente que en una ciudad, o lo veo así, porque ya vivimos libres en el campo,jajaja, pero les hace muy bien salir y disfrutar.
Yo tenía el mismo miedo, Cartafol; pero ella estaba tan seguro, tan convencida y tan ilusionada, que no podíamos hacer otra cosa que dejarla ir.
Que linda, me alegro de que esté tan contenta e ilusionada. Ya verás como se lo pasa pipa!! Un besazo
Sí, seguro que lo está pasando genial. Pero la echo tanto de menos!
Jo, me has emocionado, lo has relatado con tanto cariño e ilusión que me estaba imaginando a tu niñita y casi he creído verla.
Qué suerte tienen tus chocolatinas de tener una mami como tu.
Besos.
Gracias por tus palabras, Johanna! Espero que, el día de mañana, ellas también piensen, a pesar de todo, lo mismo que tú.
Besos!
Pues claro que sí…es genial que tengan experiencias, eso nos enriquece a todos muchísimo y si es deseada…pues imagínate! Haces estupendamente!
Sí, Belén! Estoy deseosa de que vuelva y me cuente lo bien que lo ha pasado. Gracias!
Besos!
A comerse el mundo, paso a paso, la crias segura y eso tiene estas hermosas ventajas.
No le chafes poniendo caritas tristes ¿eh? Que te vigilo 😉
Sí, Pilar, intento criarlas con seguridad; y poquito a poco voy viendo las ventajas. No le puse caritas! 🙂
Besos!
Verás como cuando vuelva su cara de felicidad y sus historias harán que haya merecido la pena
Un abrazo
Seguro que merece la pena. Tengo unas ganas locas de que vuelva y nos cuente todo!
Besos, Caarsa!