¿Qué es?
El blackfishing es un término que se refiere a una tendencia llevada a cabo mayoritariamente por personas caucásicas que intentan hacerse pasar por personas negras (o mestizas) en redes sociales, con el propósito principal de ganar seguidores y likes, o incluso para conseguir beneficios económicos.
El blackfishing implica llevar a cabo cambios drásticos en la imagen que suponen la adopción de rasgos afro. Esto se consigue mediante el uso de maquillaje exagerado, productos bronceadores y filtros fotográficos. En casos más extremos, también supone lucir labios más carnosos, muslos y glúteos más voluminosos. También peinados tradicionalmente asociados a la estética afro, como rizos y trenzas, a veces mediante el uso cabello artificial de textura rizada o afro.
Voy a volver a dejar claro de que se trata de esta técnica específica y con esta finalidad específica. El blackfishing no hace referencia a la gente que intenta broncearse mucho sin más motivo que estar lo más morena posible. En ese caso, estaríamos hablando de tanorexia. La tanorexia no tiene las implicaciones ni los propósitos del blackfishing, así que no son equiparables.

Ejemplos
Los casos más sonados de blackfishing han sido, recientemente los de la polaca Aga Brzostowska, que tiene más de followers 27K en Instagram, o la sueca Emma Hallberg, que cuenta con más de 284K seguidores en la misma red social. La modelo alemana Martina Big también se apuntó al blackfishing mucho antes, aunque ella recurrió a la cirugía (pigmentos y siliconas) para adecuar su imagen a su sentir como mujer negra. Y no nos olvidemos de las hermanas Kardasian, que son recurrentemente señaladas por llevar a cabo esta misma práctica… igual que Ariana Grande.
¿Apropiación o apreciación cultural?
Generalmente, para negar el blackfishing las personas que lo practican se escudan motivos diversos. Que lo hacen porque aprecian realmente la cultura afro. Que se sienten “negras” por dentro… La polémica está servida.
Algunas personas no ven que esto sea un problema. Recurren a justificaciones como que hoy en día la gente se ofende por todo. También dicen que, por utilizar un poco de bronceador para hacerse fotos para sus redes sociales no se ofende ni se perjudica a nadie. Sin embargo, tengamos siempre en cuenta la expresión mayoritaria de la comunidad a la que afecta la práctica. Interesémonos por qué opinan y qué impacto tiene en ellas.
Tener en cuenta la opinión mayoritaria de la comunidad implica leeer mucho, informarse y buscar testimonios diferentes. El blackfishing tiene consecuencias negativas sobre la comunidad afro. Así que, el hecho de a tu amiga negra en particular no le moleste esta práctica o, incluso, no la vea mal, no quiere decir que no sea una práctica negativa y discriminatoria. Puede que tu amiga negra (o cualquier persona negra cercana que te lo diga) no haya trabajado su endorracismo y por eso no perciba como discriminatoria una práctica que sí lo es. El equivalente sería, en el feminismo, el caso de la mujer alienada por el patriarcado que no entiende por qué los piropos callejeros son machistas y violentos o que responsabiliza a las mujeres a las que agreden física o verbalmente por la calle, por su forma de vestir.
Dicho esto, veamos si hablamos de apropiación o apreciación.
Consecuencias del blackfishing
El agravio hacia la comunidad afro aparece cuando estas mujeres blancas se convierten en “negras de quita y pon”, y sacan provecho de una estética que en las mujeres negras se desaprueba y es fuente de opresión y discriminación.
Estas mujeres se muestran como mujeres negras en sus redes sociales obviando y banalizando la lucha que en realidad implica ser una mujer negra y ser aceptada como tal sin más. De hecho, estas mujeres no apoyan (o visibilizan, desde sus plataformas con centenares de miles de seguidores) las luchas de las mujeres negras, sino que se van a limitar a intentar sacar “tajada” a nivel individual.
El blackfishing se convierte en un agravio también porque las mujeres negras encuentran barreras laborales (un doble techo de cristal), porque en algunos entornos laborales se las obliga a transformar su cabello, por ejemplo, alisándolo, para poder mantener su puesto de trabajo.
Ámbito
Es decir, fuera de las redes sociales una mujer negra, en muchos casos, no puede presentarse con su cabello natural en su puesto de trabajo, porque el cabello natural y los estilos tradicionalmente afro se consideran todavía hoy en algunas empresas poco profesionales o poco higiénicos. En cambio, a una mujer blanca, lucir como una mujer negra en sus redes sociales, le reporta más seguidores y ganancias económicas. Esto se convierte en una injusticia para las mujeres negras.
Y en redes sociales, también se convierte en una injusticia para las mujeres negras, que se ven invisibilizadas por mujeres blancas que se hacen pasar por mujeres negras para seguir manteniendo su audiencia y la atención de las marcas.
Estas mujeres, además de conseguir muchos seguidores, firman contratos de colaboración con firmas de maquillaje, y cobran por hacer determinados looks, de forma que usan su privilegio blanco para lucrarse y hacer negocio.
Estos beneficios que obtienen, consecuentemente, dejan de obtenerlos otras mujeres negras que están haciendo un esfuerzo por desarrollar su marca persona en redes sociales; desafortunadamente, en la mayoría de casos, las marcas no las van a seleccionar como imagen comercial con la misma asiduidad que seleccionan a esas mujeres blancas. Esto implica una pérdida de oportunidades de trabajo y de ingresos económicos para estas mujeres negras, que ven frustradas sus oportunidades de llegar a ser influencers “verdaderas” en su propia comunidad. Y, como siempre digo, la representación importa.
Blackface y blackfishing
Existe una relación entre el blackface y el blackfishing que conviene no perder de vista. Aria Halliday es profesora de feminismos africanos en la Universidad de New Hampshire. Según la docente, el blackfishing es una extensión del blackface. La profesora explica que -como sabemos- usar otras etnicidadades como disfraces no es algo nuevo; lo que es nuevo es la forma en que las mujeres están usando las redes sociales y la cultura de la belleza y el maquillaje para cambiar su aspecto.
“La capacidad de autodisfrazarse o transformarse mediante el maquillaje es algo que en general fascina a mucha gente. Ser capaz de transformarse a través del maquillaje para parecer de una etnicidad o cultura completamente diferentes ayuda a consolidar el blackface aún más. Así que aprovecharse de la negritud a través del blackfishing, además de ser incorrecto, es el colmo de la insensibilidad cultural”, añade la profesora Halliday.
Y ahí, repito, también reside el daño: esas mujeres blancas no tienen que vivir las experiencias diarias de discriminación que conllevan ser una mujer negra; pero no pierden la oportunidad de posar en sus redes sociales como si lo fueran. De nuevo, gusta “lo negro” sin contar con las personas negras.
¿Soluciones al blackfishing?
Alejarse del blackfishing es importante y necesario. Y eso se conseguirá educando sobre el significado, a lo largo de la historia, de usar a las personas negras como disfraces.
Hay que empezar a dejar de perpetuar la creencia de que las personas negras están encadenadas a determinados estereotipos. Hay que romper esa conexión para que la gente entienda que las personas afro no somos disfraces.
El blackface está ligado a una historia de desprecio y opresión hacia una comunidad; los disfraces no pueden desligarse de la historia del blackface así como así (ni del blackfishing).
Cuando digo que con el blackfishing se perpetúan los estereotipos es porque son las personas blancas las que determinan qué y cómo se es negra, cayendo en unos clichés relacionados con unas estéticas, formas de vestir y de comportarse predeterminadas y estereotipadas y parece que todas las pesonas negras tengamos que cumplir con ese estereotipo. De lo contrario, ya no somos los suficientemente negras, a diferencia de las personas blancas que practican el blackfishing, y que, en algunos casos, claman se sienten negras por dentro y los expresan así por fuera. Por ello es importante seguir hablando sobre lo perjudicial de estas prácticas, a fin de que la sociedad tome conciencia y las elimine.
Conclusión
Antes de terminar, quisiera añadir que la apropiación de otras etnicidades no se lleva a cabo por personas caucásicas únicamente. Entre grupos racializados o minorizados, también se dan estas prácticas, y es necesario observarlo, tenerlo en cuenta y señalarlo. Llevar a cabo estas prácticas de banalización y apropiación cultural siempre está mal; sin embargo, las consecuencias de que se lleve a cabo desde el privilegio blanco, tiene unas consecuencias más negativas, desde mi punto de vista. En cualquier caso, vale la pena prestar atención a estas prácticas para desterrarlas del todo.
Traducción y redacción propias.
Fuentes: Dailymail.com, Harper’S Bazaar, Global News Edge.