Estoy de resaca. Es la resaca posterior a la sobreexposición en redes sociales que producen días como el 8M, en los que una cantidad considerable de personas comparte mi cuenta de Instagram, y eso hace que llegue un alud de nuevas personas, lo que genera sentimientos encontrados.
Por un lado agradezco a las personas que comparten mi contenido. Me consta que lo hacen porque creen que lo que publico es útil, y lo hacen de corazón, para dar a conocer mi trabajo a otras personas. Y sé que hay personas que llegan a mí desde cuentas de personas afrodescendientes que comparten contenido similar al mío, así que este mensaje no es para ellas, porque ya saben qué pueden encontrar aquí a poco que lean un par de publicaciones.
Lo que me inquieta, y me genera esos sentimientos un poco meh, como digo, es la avalancha de personas nuevas, que en estos últimos días ha sido muy notable. Me inquieta que llegue tanta gente de golpe a mi cuenta de Instagram. Me despierta suspicacias. Me hace pensar en que mucha de esas personas nuevas llegan porque se han dado cuenta de que la lista de personas a las que siguen en Instagram es demasiado blanca. Y ahora quieren agregarle notas de color.
Pasó lo mismo en 2020 después del asesinato de George Floyd. Avalancha de personas blancas que estaban descubriendo el movimiento antirracista en España. En 2021, tras la ocupación de Afganistán volvió a pasar (y en este caso, y a mi parecer, por motivos equivocados): nueva oleada de personas blancas que le dieron al botoncito de seguir.
Y sí, todos estos follows están muy bien y los agradezco. Y doy la bienvenida a todas las personas que se han incorporado desde el principio de semana. Pero, de nuevo, vuelvo a hacer el mismo recordatorio que hago cuando se dan estas llegadas masivas: si esta es tu primera aproximación a los discursos antirracistas, es probable que lo que leas aquí te escueza. Si es así, antes de ponerte condescendiente conmigo, cuestionar mi perspectiva, hacerme luz de gas o fiscalizar mi tono, respira hondo y reflexiona sobre por qué sientes la necesidad de decir eso. Y si la necesidad de decirlo es más fuerte que la de no hacerlo, dale a “Dejar de seguir”, y aquí paz y después gloria.
No estoy aquí para contentar a nadie. Estoy aquí para hablar de lo que a mí me interesa. Y aunque creo en el amor, el buen trato y los cuidados como armas revolucionarias de cambio, tengo una buena capacidad para poner límites, que me he ido trabajando con el paso de los años. Eso quiere decir que si le tengo que parar los pies a alguien, lo haré sin dudarlo. Desde la asertividad, por supuesto, pero no tolero ningún tipo de abuso o desvalorizaciones.
Soy consciente de que algunas personas entenderán esta publicación como desafiante a pesar de que no es ese el ánimo con el que la escribo. Este es un texto con el que intento dejar claro que aquí no hay palmaditas en la espalda. Aquí tampoco hay antirracismo white friendly.
Aquí hay interpelación, señalamiento y denuncia de la supremacía blanca y el privilegio blanco, algo que, hasta ahora tal vez pensaras que es ajeno a ti, porque consideras que no eres racista, y ahora vas a descubrir que tú también estás en el ajo. Y no te va a gustar. Eso es lo que tiene la deconstrucción antirracista. Te va a poner frente a un espejo al que en ocasiones va a ser duro mirar.
Hay quien, ante el reto, prefiere echar balones fuera para no tener que responsabilizarse. Me consta que muchas de las personas que han llegado a mi cuenta encajan en este perfil y, al cabo de pocos días, cuando vean que lo que leen se les hace bola y les cuesta tragar, preferirán ignorar los mensajes para no tener que hacer un ejercicio de revisión y de autocrítica.
Pero también hay quien entiende que aquí hay una oportunidad para reflexionar y aprender, revisarse y arremangarse para incorporar conocimientos que le darán la oportunidad de contribuir a la creación de entornos más justos. Si tú eres una de esas personas, me alegro de que estés aquí. Y, si quieres aprender todavía un poco más, puedes hacerlo si te apuntas a mi boletín semanal, con el que cada semana tendrás un contenido con el que replantearte muchas cosas respecto a aprendizajes que tenemos muy arraigados y de los que hay que deshacerse. Prepárate para descubrir el mundo a través de las gafas del antirracismo, pinchando en el botón de abajo.
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